viernes, 27 de marzo de 2009

Las paradojas de la globalización

En estos tiempos revueltos, en que la mayoría de las economías más importantes del planeta han entrado en recesión o sin entrar en recesión, debido a la desaceleración de sus economías, sufren las consecuencias de la crisis internacional de forma notable (China, que crece a ritmos envidiados por occidente, al pasar de cifras del 11-12% de crecimiento del P.I.B. a cifras del 6-7%, ve cómo multitud de empresas deben cerrar y miles, quizás millones de personas perderán su trabajo) los gobiernos de casi todos los países más o menos desarrollados han comenzado a pergeñar y desarrollar, con cambios sobre la marcha (así de vertiginosos se muestran los efectos de la crisis), políticas keynesianas para salvar sus economías y de paso su futuro electoral.
Pero quizás los dirigentes políticos, enfrascados en sus problemas nacionales, con mil lechones queriendo mamar de unas arcas de los Estados cada vez más exangües, no se han parado a pensar que una economía cada vez más interrelacionada por efectos de la consabida globalización produce efectos paradójicos no deseados.
A veces se habla del aleteo de la mariposa en África Ecuatorial que acaba provocando un huracán en el Caribe. Eso quizás es una exageración, pero no lo es decir que las medidas que toman los gobiernos en esta crisis no se sabe ni si darán algún resultado y, sobre todo, de dar algún resultado, si será el esperado o uno totalmente sorprendente, alejado del inicialmente pensado.
El Presidente francés, Nicolas Sarkozy (para algunos, el marido de Carla Bruni), está dispuesto, como muchos otros, a ayudar a las empresas de su país a salir de la crisis. Y una industria importantísima en Francia es la automovilística, no obstante en Francia nacieron la Renault, Citröen, Peugeot... La industria automovilística y su industria auxiliar emplean a mucha gente en Francia (en España leí hace poco que más o menos a un 10% de la población ocupada).
La industria automovilística, los poderosos sindicatos franceses, los medios de comunicación con su fuerza mediática... todos pedían a Sarko una ayuda directa a la industria automovilística francesa, ayuda que sonó a proteccionista. Se iba a ayudar a la compra de coches, con 1.000 euros, intentando que se compraran coches de empresas francesas. En Alemania, las ayudas han sido de 2.500. En España o Reino Unido no hay los mismos planes, pues el de España se parece al antiguo Prever, no vale para cualquiera que quiera comprar un coche. Parece que las ayudas funcionan en cuanto a ventas: el mercado alemán ha crecido un 21% en febrero pasado, mientras que en Francia las matriculaciones se han reducido un 13% en febrero, descenso muy inferior al de Reino Unido (-22%) y, sobre todo, España, con un desplome del 49% en febrero.
Pero aquí viene la paradoja: las ayudas quizás no vayan a la economía nacional. Es más, España, y en especial Castilla y León, se van a ver beneficiados con el plan francés: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/03/27/castillayleon/1238152319.html Leyendo esta noticia, vemos que Renault ha paralizado un E.R.E. (expediente de regilación de empleo) debido a un repunte en la producción por las mayores ventas derivadas de los planes europeos. Un coche producido en la factoría de Palencia o Valladolid se puede vender en Francia o Alemania. O sea que el dinero público francés o alemán están ayudando al empleo de Palencia o Valladolid.
En la producción industrial es importantísimo lograr economías de escala, y por ello es habitual que, por ejemplo, Renault produzca un modelo en exclusiva en una factoría de Palencia que se vende en todo el mundo. Mejor que producir diez modelos en cada factoría, especializar cada factoría en un modelo (eso sí, si el modelo fracasa, mala cosa para la factoría, como pasó con el "feo" Modus).
Por todo lo expuesto, quizás los gobiernos deberían analizar un poco más sus ayudas cuando van a aplicar tanto dinero público, porque se pueden encontrar con un repunte del empleo en España cuando lo buscaban en Francia...

2 comentarios:

  1. Coño, D. Alfonso, Usia, o como quiera que le llame;
    Si cuando usted explica, y no opina, es un auténtico libro abierto. Hasta yo, pobre Ingeniero de Telecomunicación, le he entendido y, no solo eso, me ha sorprendido y hasta estoy de acuerdo.
    Hace 25 años creí que usted no me podría sorprender más....estaba equivocado

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  2. Con Alfonso a secas vale, y sin trato de usted, que acabo de cumplir años y si no me voy a deprimir...
    El hecho de ser un pobre ingeniero de telecomunicación, si bien da fama de cuadriculado, sobre todo después de las perrerías que nos hicieron pasar De Juana y sus adláteres en los primeros años de carrera, suele dar capacidad para observar las cosas, discurrir, y encontrar las mismas soluciones que cualquier otro, lo que es un gran mérito para una carrera tan dura.
    Ahora más en serio, vamos al quid de la cuestión. Mis explicaciones valen, mis opiniones no. ¿No es eso discriminatorio? Las opiniones están para disentir de ellas, y si se dan razones concluyentes, el contrario deja caer su florete y se rinde. Pero la mayor parte de las veces cada uno observa las cosas desde distintas ópticas, lo que no hace que ninguno de ellos esté equivocado.
    En este blog habrá información y habrá opinión, y la opinión de cada uno es válida, salvo que se digan cosas como que las cámaras de gas de los nazis fueron una anécdota, como Le Pen. Hasta te dejaré opinar que ser Ingeniero de Telecomunicaciones da más empaque y viste más que ser un pobre profesor de economía. Es más, no sé si llamar a mi blog Elpobreprofesordeeconomía ;-)

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