miércoles, 5 de mayo de 2010

La crisis griega. La catástrofe que van a provocar

La crisis financiera se acelera. Y se está empezando a cebar en Grecia. Grecia tiene un gran problema: un endeudamiento muy fuerte (más de un 115% del PIB, pero hay que pensar qué español no está endeudado en más de lo que gana al año si tiene una hipoteca) y un déficit derivado de la crisis también desbocado (menos ingresos y más gastos, lo mismo que españa, Alemania, y otros, pero en más porcentaje del P.I.B.).
Para seguir adelante, Grecia necesita financiación. Como el que se queda en el paro y sigue teniendo sus deudas. Menos ingresos, mismos gastos y con deuda creciente. Algo hay que hacer, si no, el banco se queda con la casa y nos abocamos al precipicio.
Pues Grecia, lo mismo. Para continuar adelante, necesita pedir más dinero, que cada vez le prestan a intereses más prohibitivos, con lo que el gasto total público está cada vez más mediatizado por la devolución de esa deuda, y además necesita generar más ingresos (como el que busca un trabajillo extra o una subida de sueldo si su ritmo de vida es excesivo para su sueldo) y restringir gastos (si me quedo en el paro, dejo de salir a cenar y me voy de vacaciones al pueblo de la familia política, a ver correr la brisa).
El caso es que todo esto se puede hacer de forma ordenada o de forma apresurada y a la desesperada, guiándose por las más nefastas políticas neoliberales. Grecia, por culpa de la escandalosa especulación de los mercados financieros, necesita proponer un plan "creíble" para no caer en la quiebra financiera. ¿Creíble para quién? Para el F.M.I., para S&P, para los especuladores. Los de siempre.
Y ahí está el plan: a subir los impuestos y a bajar un 16% las pensiones y los salarios de los funcionarios, mediante la eliminación de las dos pagas extras. Entre otras medidas correctoras. Pero es que, la segunda, puede provocar una crisis más grave de la que se vive ahora.
Pensemos por un momento: la Demanda Agregada de la economía, asimilable al PIB a precios de mercado, se compone de 4 tipos de gasto: el consumo privado, la inversión privada, el gasto real del Estado en consumo e inversión y el saldo neto exterior, por diferencia entre exportaciones e importaciones.
Con la bajada de las rentas en un 16% para un porcentaje grande de la población (en Grecia también hay bastantes funcionarios y jubilados, es un país europeo y mediterráneo...) es de esperar que el consumo se hunda, y más si se incrementa el IVA, como parece que va a suceder. Y resulta que el consumo viene a suponer más de un 50%, a veces un 60% de la demanda agregada. Si el consumo se hunde, ¿no va a pasar lo mismo con la inversión privada? Dudo que ésta se anime ante tal catástrofe. El Estado se supone que va a recortar gasto, luego no esperemos que por ahí crezca la demanda agregada.
Y nos queda el último salvavidas: antes, cuando un país tenía una economía más débil, su moneda se depreciaba, lo que mejoraba sus datos de saldo exterior: importaba menos y exportaba más. Pero con Grecia en el euro, al no ser posible la devaluación, esto sólo se conseguiría con una mayor productividad y competitividad. Pero en este contexto, ¿alguien piensa que Grecia lo puede conseguir?
Yo sólo veo posible una salida, que provocaría un empobrecimiento relativo de Grecia, pero que no les hundiría. Un pacto de Estado para devaluar al país, ya que su moneda no puede hacerlo. Es decir, un acuerdo, por ejemplo, para reducir precios y salarios. Las personas no perderían poder adquisitivo, se importaría menos y se exportaría más. El consumo tal vez no se hundiría. Habría de todos modos problemas: el petróleo se encarecería relativamente, y ya sabemos que eso es un problema. Pero veo esto más factible o al menos menos catastrófico que la solución de Europa que Papandreou parece que va a afrontar.
Veremos. Como tenga yo razón, pobres griegos...

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