miércoles, 23 de junio de 2010

La fusión de cajas: aquí hay gato encerrado

Se acaba el tiempo. Todos apremiando a las cajas para que se fusionen, ya sea vía fusión tradicional (desaparición de las cajas fusionadas para crear una nueva más "fuerte", con menos oficinas y menos empleados, más "eficiente") o vía fusión fría, porque si no, se les impedirá acudir al salvavidas del FROB.
¿Y qué es esto de la fusión fría y del FROB? Intentaré explicarlo de modo sencillo, que no es que sea fácil, para adentrarme luego en temas más pantanosos.
Las llamadas fusiones frías, o S.I.P. (Sistema Institucional de Protección), son una especie de fusiones virtuales que pretenden mejorar la solvencia de las entidades participantes, manteniendo su identidad y personalidad jurídica. No pierden su "marca" comercial, su obra social, pero los negocios se integran y los riesgos se controlan conjuntamente. El impacto para la red de sucursales y la plantilla, un problema en los procesos de fusión que están en marcha, es infinitamente menor con esta opción ya que cada caja mantendría su propia imagen y red de sucursales en cada región y en aquellas en que no tienen presencia comparten el riesgo ya que mediante un contrato las entidades colaboran y forman un holding que controla la liquidez y la solvencia de todos los socios a través de un sistema propio de clasificación de riesgos.
Un problema evidente para las fusiones de cajas en marcha era la insistencia en fusionar cajas de la misma Comunidad Autónoma. Por ejemplo, en Castilla y León se intentaba que Caja España, Caja Duero, Caja Segovia, Caja Ávila y Caja Burgos se integraran en una gran caja castellano-leonesa. Fundamentos: control político y más "compromiso" con la región. Pero Caja Burgos rápidamente se descolgó del posible acuerdo, y Caja Ávila y Caja Segovia "traicionaron" a los políticos del PP y el PSOE que esperaban que secundaran la fusión, y les van a poner los cuernos con Cajamadrid y Bancaja con la fusión fría que lideran estas dos cajas. Por cierto, que esta fusión fría pedirá al FROB la nada desdeñable cifra de 4.465 millones de euros, que para los bancos sí que hay dinero público.
Y el FROB, ¿qué es? El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, como su propio nombre indica, es un fondo de dinero, a disposición de la banca, para reestructurarse si cumplen unas condiciones. http://www.frob.es/general/creacion.html Dicho llanamente, dinero para salvar a la banca de sus desmanes. Pero, en teoría, dinero a devolver con intereses. Eso se verá...
¿Y quién tiene que acudir mayoritariamente al dinero del FROB? Las cajas de ahorro. ¿Y por qué? Por sus riesgos asumidos de forma irresponsable en las épocas de vacas gordas de la construcción. Préstamos a las constructoras y promotoras que ahora son fallidos, préstamos hipotecarios dados alegremente para conseguir que esos promotores vendieran... Y con el estallido de la burbuja, las cajas son las que más han visto crecer su morosidad y las que se han encontrado con un mayor stock de pisos en su balance.
Los gobiernos de las comunidades autónomas, ya he dicho, han intentado que estas fusiones fueran de cajas regionales. En Galicia o en Castilla y León se lideraba ese proceso. No parecía muy lógico, dado que esas fusiones son las que llevan a un mayor número de cierre de oficinas y a una mayor pérdida de empleos. Si se fusionan Caja Duero y Caja España, hay ciudades como León en las que en pocos metros te encuentras con cuatro oficinas. Sin embargo, si se fusionaran con Caja Asturias, Caja Canarias y Bancaja eso casi no sucedería. Simplemente, redimensionar las entidades, no sería tan traumático.
Entonces, ¿dónde está la explicación? La dio el otro día Camps. En Valencia se argumentaba que Cajamadrid tendría un 52% del nuevo grupo, y que eso haría perder peso a Bancaja, pero este político argumentaba lo que importaba de verdad: "PERO NOSOTROS TENDREMOS LA SEDE SOCIAL Y LOS IMPUESTOS SE PAGARÁN EN VALENCIA". Pero un político del PSOE en Cajamadrid decía que tranquilos, que Valencia será la sede de la poderosa cartera industrial del grupo fusionado, pero que la sede oficial de la caja se quedará en Madrid, y que ahí será donde pague los impuestos. Ya está. Ésa es la clave. Todo es un asunto de dinero. Si las cajas castellanas y leonesas se fusionan entre sí, lo cual será traumático a nivel empleo, pagarán sus impuestos aquí. Pero si Caja Ávila y Caja Segovia se van con Cajamadrid, acabarán pagando sus impuestos en Valencia o en Madrid. Y eso es algo que los políticos no están dispuestos a tolerar. Se quedan sin sus minoyes...

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