lunes, 28 de junio de 2010

La primera señal de la catástrofe que puede venir


Una de las primeras cosas que nos puede inquietar en el actual panorama de inestabilidad es la suspensión de pagos. A nivel empresarial, ésta se intenta reconducir mediante lo que, hoy en día, se llama legalmente concurso de acreedores. Pero cualquiera se pone a temblar en cuanto a sus consecuencias: trabajadores que pueden quedar en la calle y sin cobrar parte de sus salarios, proveedores con facturas pendientes, empresas auxiliares que dependen de la actividad de la empresa que puede desaparecer...

Pero debería darnos más miedo una suspensión de pagos más dañina: la de las administraciones que nos dirigen. Si una administración suspende pagos, es el comienzo del desastre. El reguero de destrucción económica que deja detrás será mucho más dañino que la desaparición de una empresa.

Pues bien, la primera señal de alarma saltó hace pocos días. Siempre señalamos a los catalanes como una zona de gran riqueza, de mucha actividad económica e industrial, que desde tiempos inmemoriales tuvieron iniciativa, estuvieron en contacto comercial con el Mediterráneo y Europa... Cataluña era y es contribuyente neto a la solidaridad entre regiones. ¿No sería preocupante que Cataluña diera síntomas de no poder afrontar sus pagos?

Pues ese primer síntoma, ese flash que anuncia la tormenta, viene de Cataluña. La Generalitat administra una de las regiones más ricas de España, tiene sus funcionarios, contrata empresas, tiene proveedores... y problemas para afrontar sus pagos. Y lo que es peor: problemas para conseguir que se fíen de ella para prestarle dinero. por ahí empieza una suspensión de pagos empresarial: tengo que afrontar pagos, no tengo liquidez, y además me niegan el crédito.

Pues la Generalitat quería conseguir financiación por 1.000 millones de euros. Fracaso. Acudió a La Caixa para que liderara un crédito sindicado (ya sabemos para qué sirven las cajas, ese juguete que en manos de los políticos se convierte en un paquete-bomba) y nuevo fracaso. Sólo consiguieron 350 millones, muy lejos de lo que pedían (ver la noticia en el siguiente enlace: http://www.factual.es/noticia/la-generalitat-de-cataluna-pide-1000-millones-a-la-banca-y-solo-recaba-350/?noticia=1113 (la noticia en El Mundo sólo está accesible para abonados a Orbyt).

¿Alguien se imagina los próximos movimientos si Extremadura, Andalucía, Galicia o Madrid piden dinero y se encuentran con el mismo problema? ¿Corralazo en vez de corralito? ¿Saqueo público de las cajas para conseguir dinero? Y encima, en los próximos 24 meses, elecciones municipales, autonómicas y generales. Esto sólo lo arregla Chiquito de la Calzada, de absurda que se pone la situación.

miércoles, 23 de junio de 2010

La fusión de cajas: aquí hay gato encerrado

Se acaba el tiempo. Todos apremiando a las cajas para que se fusionen, ya sea vía fusión tradicional (desaparición de las cajas fusionadas para crear una nueva más "fuerte", con menos oficinas y menos empleados, más "eficiente") o vía fusión fría, porque si no, se les impedirá acudir al salvavidas del FROB.
¿Y qué es esto de la fusión fría y del FROB? Intentaré explicarlo de modo sencillo, que no es que sea fácil, para adentrarme luego en temas más pantanosos.
Las llamadas fusiones frías, o S.I.P. (Sistema Institucional de Protección), son una especie de fusiones virtuales que pretenden mejorar la solvencia de las entidades participantes, manteniendo su identidad y personalidad jurídica. No pierden su "marca" comercial, su obra social, pero los negocios se integran y los riesgos se controlan conjuntamente. El impacto para la red de sucursales y la plantilla, un problema en los procesos de fusión que están en marcha, es infinitamente menor con esta opción ya que cada caja mantendría su propia imagen y red de sucursales en cada región y en aquellas en que no tienen presencia comparten el riesgo ya que mediante un contrato las entidades colaboran y forman un holding que controla la liquidez y la solvencia de todos los socios a través de un sistema propio de clasificación de riesgos.
Un problema evidente para las fusiones de cajas en marcha era la insistencia en fusionar cajas de la misma Comunidad Autónoma. Por ejemplo, en Castilla y León se intentaba que Caja España, Caja Duero, Caja Segovia, Caja Ávila y Caja Burgos se integraran en una gran caja castellano-leonesa. Fundamentos: control político y más "compromiso" con la región. Pero Caja Burgos rápidamente se descolgó del posible acuerdo, y Caja Ávila y Caja Segovia "traicionaron" a los políticos del PP y el PSOE que esperaban que secundaran la fusión, y les van a poner los cuernos con Cajamadrid y Bancaja con la fusión fría que lideran estas dos cajas. Por cierto, que esta fusión fría pedirá al FROB la nada desdeñable cifra de 4.465 millones de euros, que para los bancos sí que hay dinero público.
Y el FROB, ¿qué es? El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, como su propio nombre indica, es un fondo de dinero, a disposición de la banca, para reestructurarse si cumplen unas condiciones. http://www.frob.es/general/creacion.html Dicho llanamente, dinero para salvar a la banca de sus desmanes. Pero, en teoría, dinero a devolver con intereses. Eso se verá...
¿Y quién tiene que acudir mayoritariamente al dinero del FROB? Las cajas de ahorro. ¿Y por qué? Por sus riesgos asumidos de forma irresponsable en las épocas de vacas gordas de la construcción. Préstamos a las constructoras y promotoras que ahora son fallidos, préstamos hipotecarios dados alegremente para conseguir que esos promotores vendieran... Y con el estallido de la burbuja, las cajas son las que más han visto crecer su morosidad y las que se han encontrado con un mayor stock de pisos en su balance.
Los gobiernos de las comunidades autónomas, ya he dicho, han intentado que estas fusiones fueran de cajas regionales. En Galicia o en Castilla y León se lideraba ese proceso. No parecía muy lógico, dado que esas fusiones son las que llevan a un mayor número de cierre de oficinas y a una mayor pérdida de empleos. Si se fusionan Caja Duero y Caja España, hay ciudades como León en las que en pocos metros te encuentras con cuatro oficinas. Sin embargo, si se fusionaran con Caja Asturias, Caja Canarias y Bancaja eso casi no sucedería. Simplemente, redimensionar las entidades, no sería tan traumático.
Entonces, ¿dónde está la explicación? La dio el otro día Camps. En Valencia se argumentaba que Cajamadrid tendría un 52% del nuevo grupo, y que eso haría perder peso a Bancaja, pero este político argumentaba lo que importaba de verdad: "PERO NOSOTROS TENDREMOS LA SEDE SOCIAL Y LOS IMPUESTOS SE PAGARÁN EN VALENCIA". Pero un político del PSOE en Cajamadrid decía que tranquilos, que Valencia será la sede de la poderosa cartera industrial del grupo fusionado, pero que la sede oficial de la caja se quedará en Madrid, y que ahí será donde pague los impuestos. Ya está. Ésa es la clave. Todo es un asunto de dinero. Si las cajas castellanas y leonesas se fusionan entre sí, lo cual será traumático a nivel empleo, pagarán sus impuestos aquí. Pero si Caja Ávila y Caja Segovia se van con Cajamadrid, acabarán pagando sus impuestos en Valencia o en Madrid. Y eso es algo que los políticos no están dispuestos a tolerar. Se quedan sin sus minoyes...

sábado, 19 de junio de 2010

Se acabó: una balanza de pagos insostenible

La balanza de pagos es un documento contable, normalizado a nivel internacional, que refleja, básicamente, entradas y salidas de dinero del país. Está compuesta por una balanza por cuenta corriente (balanza comercial, diferencia entre dinero que entra y sale por exportaciones e importaciones de bienes, balanza de servicios, por entradas y salidas en servicios, como el turismo o el transporte, balanza de rentas, por rentas del trabajo o del capital obtenidas por residentes españoles en el extranjero o residentes en el extranjero en España, y balanza de transferencias corrientes, por entregas sin contraprestación entre países, como remesas de inmigrantes y emigrantes a sus países de origen, ayudas de la P.A.C. para gasto corriente, aportaciones al presupuesto de la U.E., o dinero para ayuda al desarrollo) y por una balanza por cuenta del capital (transferencias de capital como los Fondos Feder o de Cohesión de la U.E. que tanto nos alimentaron in illo tempore, o condonación de deuda externa y saldo neto por compra-venta de activos intangibles, es decir, patentes, derechos de autor, marcas...).
Como consecuencia de todas esas entradas y salidas de dinero, hay una necesidad de financiación (mayores salidas que entradas de fondos) o una capacidad de financiación (lo contrario). Y esa capacidad o necesidad se refleja en una tercera subbalanza, la balanza por cuenta financiera. Esta tercera subbalanza refleja variaciones netas de pasivo (financiación recibida por el país ese año, menos las devoluciones de dinero recibido antes) menos variaciones netas de activo (financiación ofrecida a otros países ese año, menos las devoluciones de financiación ofrecida anteriormente). Si esa resta es mayor que cero, es que tenemos más necesidad de financiarnos en los mercados internacionales que financiación ofrecemos en esos mercados. Es decir, somos pedigüeños. Al final, la balanza de pagos es un documento de suma cero, pero la trampa está en que lo que nos falta de un lado (salen 300 más de los que entran, las dos primeras balanzas son negativas en 300) se suma con una necesidad de financiación, positiva (300), y entonces -300 + 300 = 0.
Pero el análisis de la BP (no los del vertido en el Golfo de México; hablo de la Balanza de Pagos) es lo preocupante.
Un país es como una hucha de ésas de cerdito, o como una economía familiar. Si hay dentro un ahorro, pero cada mes se gasta más dinero del que entra a la hucha, esa situación se resuelve reduciendo el ahorro o acudiendo al crédito. Endeudarse, vamos. Yo, si tengo 4.000 euros en el banco ahorrados, pero empiezo a gastar 300 euros al mes más de los que ingreso, o voy viendo cómo baja ese ahorro, o dejo parte del ahorro para imprevistos y otros (las reservas de divisas de los países) o me endeudo (la deuda exterior de los países). Y si hago eso continuamente, el problema se agrava hasta que puede que no tenga solución indolora.
En Estados Unidos es muy común la expresión "tener crédito". Y es una forma de vida. Aquí lo usamos menos. Vives de pagar a crédito. Pero pongamos algo que una persona podría hacer: esta persona cobra 1.500 euros, pero gasta 1.600 al mes. El día 28, como ya gastó sus 1.500 euros, tendrá que tirar de tarjeta de crédito para acabar el mes. Cobra el día 30 sus 1.500 euros, pero el mes siguiente ha acabado su dinero el día 30, con lo que paga a crédito sus compras hasta el día 30 que cobra. Y así sigue indefinidamente hasta que un mes ya ha gastado todo su dinero el día 4. Y entonces le llaman del banco, de riesgos, y le dicen que le retiran la tarjeta si no empieza a gastar menos de lo que gana, y que debe llegar a fin de mes con saldo en el banco. Pero tiene un problema: le piden que lo haga no en dos años, con margen para hacerlo poco a poco, sino que le piden que lo haga en dos meses, con lo que se plantea que en los próximos dos meses va a alimentarse de pan y agua, no va a llamar por el teléfono, va a estar a oscuras en casa, va a apagar su móvil...
Pues en ésas estamos. España no sólo tiene un problema de déficit público. Eso es lo de menos, por decir algo. Su gran problema es la Balanza de Pagos.
Durante 30 años, hemos estado casi de continuo ingresando menos dinero como país, en nuestros intercambios exteriores, que lo que gastamos en el exterior. Eso ha marcado una continua necesidad de financiación en el exterior, demostrada por un resultado positivo creciente de su Balanza Financiera, la que refleja el saldo positivo (necesidad) o negativo (capacidad de financiación). Y cada vez ha ido a más, salvo en el año 2009, en que la crisis, más grande en España que en otros países con los que tenemos mucha relación exterior. Veamos unos datos para demostrarlo:
· Bc/c: -21.183 M€ 2003, -35.490 2004, -84.736 2006, -104.412 2008, -53.228 2009
· Bcom: -37.218 2003, -49.033 2004, -80.142 2006, -87.660 2008, -45.419 2009
· Bser: 27.203 2003, 25.343 2004, 22.152 2006, 26.265 2008, 25.723 2009
o BTur: 29.573 2003, 28.472 2004, 27.453 2006, 28.067 2008, 26.207 2009
· BRen: -11.486 2003, -11.704 2004, -20.983 2006, -33.782 2008, -25.539 2009
· BTran: 317 2003, -95 2004, -5.754 2006, -9.235 2008, -7.992 2009
· Bc/k: 7.008 2003, 8.771 2004, 6.175 2006, 5.506 2008, 3.940 2009
· BFin: 23.844 2003, 51.682 2004, 67.192 2006, 95.471 2008, 50.477 2009
Estos datos son en miles de millones de euros. Si vemos nuestra necesidad de financiación exterior, en 2008 llegó a 95.471 millones de euros, es decir, España se "empobrecía" en ese año en esa cantidad frente al exterior. Nuestra balanza por cuenta del capital va a menos, y llegará a ser negativa cuando en 2013 se note de verdad que seremos paganinis en la U.E. La Balanza de servicios, la única realmente positiva gracias al turismo, se ve que anda muy estable, no crece, más bien tiende a menguar. ¿Qué solución tiene esto? Creo que nadie lo sabe, porque es un mal que se ha repetido con todos los gobiernos de los últimos 30 años.
Y nada más, recordar como llegó el corralito a Argentina, para acabar como en una película de miedo de ésas de CONTINUARÁ... Argentina, cuando con Méndez (da mala suerte, dicen, nombrar al antiguo presidente de La Rioja argentina...) dolarizó su economía, empezó a tener un fuerte déficit exterior. Cada vez necesitaba acudir a más deuda externa. Cada vez esta deuda debía pagarse más cara, porque se analizaba el riesgo-país, y era creciente. Cada vez menos bancos internacionales y países e inversores estaban dispuestos a prestar dinero a Argentina. Hasta que Argentina suspendió pagos, los bancos se encontraron con que no tenían dinero, hubieron de cerrar, el ejército se apostó en las puertas... y los argentinos, en pelotas, los que tenían su dinero en los bancos del país (los listos que supieron sacar su dinero a tiempo, sobrevivieron). Argentina se convirtió en un chollo para el inversor exterior: familias argentinas malvendían a precio de risa estancias, chacras, viviendas en Buenos Aires... y el inversor paciente sabe que lo que hoy puede comprar en la agonía de un país, quizás en 20 años vuelva a valer una millonada. Pero lo cierto es que la economía de Argentina se desplomó, y vino la fractura social: una gran cantidad de población viviendo en umbrales de miseria, y lo nunca visto: niños argentinos muriendo de hambre, en Tucumán. Terrible, pero ellos lo han vivido. Y eso que fueron un país más rico que España. Y ahora la vida es mucho más inestable allá: más robos con violencia, secuestros-express...
¿Puede esa situación llegar a España? Quién sabe. Pero lo cierto es que nuestra banca encuentra dificultades para que le presten dinero en los mercados internacionales. El mercado interbancario no funciona, nadie se fía de nadie. Y recordemos, como nos demostraron los patitos del vídeo de la anterior entrada, que con 1.000 euros en España, y con un coeficiente de caja del 2% (lo que los bancos tienen como reserva de sus depósitos), se puede llegar en el límite a generar una oferta monetaria de dinero ficticio de 50.000 euros, de los cuales sólo los 1.000 iniciales serían reales. ¿Qué pasa si los bancos se encuentran sin dinero y empieza a haber retiradas de dinero de la gente? Sí, se llama corralito.
Y una cosa más. Los gobiernos luchan para crear confianza. Lo contrario, además de irresponsable, causaría la catástrofe en 2 días. Un ejemplo: cuando cae Lehman Brothers, comienzo de la actual crisis financiera internacional, cundió un pequeño nerviosismo en la gente, pensando, como ya se empezaba a hablar de crisis bancaria y de las Cajas de ahorro, si su dinero estaba seguro en esos bancos y cajas. Y el gobierno, para calmar a la gente (lo logró) anunció algo: aseguraba los depósitos bancarios hasta en 100.000 euros por depósito, subiendo desde los anteriores, creo recordar, 20.000. Pues bien, eso es un brindis al sol. Si llega el pánico, ¿de dónde saca el Estado dinero para asegurar 100.000 euros por depósito? Eso significa asegurar en 100.000 millones de euros un millón de depósitos que tengan ese dinero, que haberlos haylos. Y eso no hay estado que pueda asegurarlo si llega el pánico y el corralito. Si ya cuesta un ojo de la cara reducir el gasto en 15.000 millones de euros, como para gastar de un plumazo 100.000...
Y mi siguiente entrada, hablaré de la crisis de las cajas de ahorro y el truco que viene detrás de ellas...

jueves, 17 de junio de 2010

¿Estamos al borde del colapso financiero?

La Unión Europea se está reuniendo hoy en el último Consejo antes del final de la Presidencia española, presidencia deslucida porque ha estallado el grueso de la crisis, y todo ha sido hablar de Grecia, diferencial con la deuda alemana, reforma laboral, huelga general, y cosas por el estilo, y poco de las iniciativas del gobierno español para nuestro semestre al frente de la Unión.
Ahora mismo hay una gran preocupación, pero una buena muestra de que no estamos tan mal es que pedimos transparencia. ¿En qué? Pues queremos que se sepa en qué situación están los bancos, y que esa publicación se haga banco por banco, individualmente, para todos los países de Europa. Y ahí hay gato encerrado.
Alemania se está beneficiando claramente de la crisis. Con las dudas que se siembran sobre Grecia, España, Gran Bretaña y todo lo que se mueva, los demás países se tienen que endeudar a mayor precio, con tipos de interés que suben cada día, y por otro lado, como Alemania pasa por ser el país más fiable, su prima de riesgo baja. Conclusión primera: Alemania puede pedir dinero más barato que nadie, y ese precio mejora por momentos.
En segundo lugar, la crisis y toda la especulación sobre lo que no se sabe, la supuesta intervención futura y rescate de la economía española, la quiebra interruptus anunciada de Hungría que no era tal... debilitan el euro. Pero para todos los países del euro del mismo modo. Conclusión: Alemania, gran exportador mundial, mejora su situación con respecto al resto del mundo con un euro más débil, pero como tiene el euro en Europa, los países cuyas economías se debilitan en el euro no ven devaluarse su moneda con respecto a la alemana pues comparten moneda, con lo que Alemania mantiene su situación en la Unión como mayor exportador.
Y hete aquí que Alemania, a través de la Sra. Merkel, que era muy reticente a publicar esos test de "stress" bancario (¿qué sucedería con esos bancos si el sistema colapsa, colapsarían ellos de igual manera?) ahora dice que sí, que bueno, pero que duda que pueda publicarlos entidad por entidad. Gato encerrado, está claro. Si desde España decimos que se publique y Alemania pone impedimentos, es que la banca alemana, y sobre todo, el Deutsche Bank, no deben estar nada bien. Pero claro, si se saca una cifra global, lo mal que estén 10 bancos se compensa con otros 20 que estén bien.
En España hay un cierto problema. Se habla de nada más y nada menos que 160.000 millones de euros de activos tóxicos en poder de la banca. ¿Qué viene a ser esto? Pues que tienen en sus balances inversiones valoradas en X y se supone que valen mucho menos que X, si es que valen algo. La banca española, con el boom de la construcción y el ladrillo, fue irresponsable. Con la ley del suelo del gobierno znar, que daba carta blanca a la recalificación de terrenos y a la construcción de todo lo construible, esto fue una locura. Pero claro, las grandes promotoras y constructoras funcionaban con financiación de la banca (tú me prestas 20, que yo compro por 22 algo que va a valer 50, y negocio para los dos), comprando suelo a diestro y siniestro (había que comprar suelo, porque sin suelo no habría dónde construir, y sin construir se les acababa el chollo). Por otro lado, la gente en su mayoría sólo podía comprar esos pisos construidos o de los que sólo veían un plano de lo que sería su nidito mediante hipotecas abusivas: a 40 y 50 años, con precios de los pisos por las nubes.
Y el cántaro se rompió. Y salvo sabios como el ex-presidente de Fadesa, que supo vender cuando todo estaba a punto de desmoronarse, y le pasó el marrón a Martinsa, lo cierto es que la explosión de la burbuja les pilló a todos en bragas: en plena construcción de grandes promociones y con un montón de suelo para seguir con la vorágine. Y ahora mucho de ese suelo está en manos de la banca. Y muchos pisos que la gente no ha podido pagar. Y claro, esos pisos y suelo están valorados a precios no reales. Salen personas bastante autorizadas diciendo que la banca debería valorar esos activos al 70% o incluso 50% del valor que le dan en sus balances. Y claro, eso sería un desastre para muchas entidades, sobre todo cajas de ahorro.
Y sin embargo, el gobierno de España y el Banco de españa piden transparencia. eso es una buena noticia. Señal de que no estamos tan mal. Y Alemania es reticente. Señal de que no están tan bien. En todas partes cuecen habas.
Ahora bien, un problema de España que ahora sale a flote es el caballo de batalla para cualquier gobierno español para el futuro.
Pensemos en nuestra hucha de cerdito. tenemos 1.000 euros ahorrados. Tenemos capacidad de financiación. ¿Qué hemos hecho o que podemos hacer con ella? Mañana lo cuento, que ahí está el gran problema de la España futura, para que no lleguemos al corralito. Que el corralito parece algo muy lejano, y si no espabilamos, Europa puede ser en 30 años una Suramérica de los 90.

Dejo dos vídeos de cosas de las que he hablado estos días: lo que yo llamo la estafa piramidal, el hecho de que el dinero bancario y todo el dinero teórico no está respaldado por nada real, a través de las ideas nada desdeñables de un analista (merece la pena escucharlo) y un vídeo sobre qué pasaría si todos sacásemos el dinero del banco, que creo que es claro el resultado...



martes, 15 de junio de 2010

Moderación salarial: empecemos por los políticos

Se habla estos días con insistencia de la rebaja del despido, la moderación salarial, y la reducción del gasto público para reducir el déficit. Como siempre, con respecto a esto último, voy a parafrasear aquella idea de campaña de Bill Clinton (bueno, seguro que se le ocurrió a otro; todos los políticos funcionan con ideas de otros que tienen que aprenderse o repetir con un papel delante).
La frase, un poco alterada, es: "¡Es el crecimiento, idiota!". Ya nos avisan que hay que hacer más esfuerzo para reducir gasto, que si no no conseguiremos el objetivo del 6% de déficit del PIB para 2011. Y no se enteran estos sesudos próceres que el mejor antídoto para el déficit es el crecimiento económico. España, por su enorme paro estructural, más el coyuntural (bueno, llamarlo coyuntural es una paradoja...) debido a la crisis, y con su sistema de subsidios de desempleo, ha visto crecer exponencialmente el gasto derivado del desempleo. Además, están las ayudas a la banca, el FROB famoso, el Plan E y otro fuegos de artificio. Y por otro lado, la contracción económica ha llevado a que la recaudación por impuestos y tasas se haya ido a mínimos. Y en ésas estamos.
Una solución, la neoliberal que nos imponen los mercados, es seguir recortando, hasta que nos queden por recortar sólo las venas. Eso contrae más y más la economía, no permite el crecimiento, y lo único que hacemos es provocar más caída de los ingresoso y menos reducción del gasto. Ahora que parecía que el crecimiento podía empezar a retomar el vuelo, lo cortamos de raíz. Ahí estarán las ideas de Keynes, en el congelador, pensando: ¡qué inmenso error!
El gobierno sube el IVA. Evidentemente, salvo catástrofe, eso subirá la recaudación. Una subida de un 2% en el tipo general, del 16 al 18%, si se mantuviera el consumo, provocaría un incremento de la recaudación por este conceopto (consumo de bienes y servicios del tipo general) de un 12,5%. No está mal. Lo malo es que el consumo va a caer con las medidas contractivas tomadas por la presión de los mercados y la U.E.
Está muy bien el discurso de Daniel Cohn-Bendit , Danny el Rojo el de mayo del 68, el 5 de mayo en el Parlamento Europeo. Habla de todo lo que se está haciendo, y muy mal, comentando el caso griego. Merece la pena verlo, os dejo el vídeo subtitulado. Si la apntalla no se ve entera, haciendo click sobre el vídeo con el botón derecho del ratón, da la opción de "Mostrar todo".



Para mí, está claro que contraer la economía es un error en este momento. Y en España no hemos hecho nada más que empezar con los recortes. En pocos meses nos van a mandar recortar más. Por eso vengo aquí con algunas ideas.

La primera es un poco "electoralista", pero necesaria. Lo primordial es no recortar gasto real, productivo. Pues hay uno, que ha crecido muchísimo en los últimos años, que a ZP le vendría bien: decirle a los socios que tanto nos piden sacrificio que no podemos seguir con nuestras misiones en Líbano, Afganistán, etc. Directamente, les decimos que no hay dinero para eso, y se vuelven las tropas. El recorte en gasto sería importantísimo. Y es que, además, es un gasto que no ha parado de crecer.

El segundo está basado en la moderación salarial. Prediquemos con el ejemplo. España es un raro país donde le damos poder para cosas increíbles a cualquiera. Ejemplo: en un Ayuntamiento, la corporación se pone el sueldo y dietas y lo que les salga del higo. Y en las diputaciones. Y en las CC.AA. Pues no. Aquí, a regular por ley. No es posible que un alcalde de ciudad pequeña, un Presidente de la Diputación de Barcelona o un Presidente Autonómico ganen más que el Presidente del Gobierno. Eso se debe regular por ley nacional. Ejemplo: si el salario del Presidente del Gobierno es de 90.000 euros, el de las CC.AA., el máximo 80.000 euros, para las más ricas y pobladas. Y una C.A. uniprovincial, máximo 60.000 euros. Lo mismo, las alcaldías. Madrid o Barcelona, alcalde máximo 70.000 euros. Capital de provincia de menos de 200.000 habitantes, 40.000 euros. Y así, establecer baremos, y en 2 días reducimos el gasto público que da gusto. Que no puede ser que un Presidente de Diputación cobre de sueldo 180.000 euros más lo demás, que muchas veces es mayor.

Y ahí viene lo que no es precisamente el chocolate del loro: los sobresueldos de los políticos. Eso es un escándalo. Pongo un ejemplo de lo que es una caradura monumental. Yo tengo mi salario, sueldo base y complementos (trienios, sexenios...). Pero luego, cada día que vengo a una reunión, dieta. Y si vengo a una evaluación, dieta. Y si hay Claustro, dieta. Y si recibo a unos padres por la tarde, dieta. Pues eso hacen los políticos. Se les paga por su labor, pero cada vez que la hacen de verdad, dieta (supongo que libre de impuestos, como todas las dietas...). Hay cosas que ya exceden en lo que es caradura y llegan al delito: convocar en un solo día dos sesiones plenarias para dos asuntos diferentes, con lo que la dieta se dobla. Y a lo mejor no están sentados en sus butacas más de dos horas, para insultarse un poco, llamarse de todo, quitarse la palabra, patear un poco e irse a tomar unas cañas pensando: "¡qué bien vivimos en España!". No te fastidia, así vive bien cualquiera.

Los políticos, con salario fijado desde el Estado. Y al que no le interese, que no se meta en política y siga con sus negocios o con su oficio (si es que tienen). Fuera dietas, fuera participación en empresas, consejos de administración, Cajas, etc. Al final, un Presidente de Diputación puede irse a casa con más de 400.000 euros al año. Y eso no puede ser.

Además, limitación de cargos públicos: uno máximo, y por 8 años máximo. Vamos a acabar con esta plaga que son los vividores de la política, que se afilian con 18 años y no les baja de un cargo ni la jubilación. Yo es que ya estoy algo cabreado...

jueves, 10 de junio de 2010

Austeridad: ¿ahora somos conscientes del despilfarro?

Los gobiernos de muchos países (y no precisamente los PIGS, es decir, Portugal, Italia, Grecia y España, Spain) hablan ahora de que hemos estado viviendo por encima de nuestras posibilidades. "Se acabó la fiesta", que algunos dicen, y yo rememoro las palabras del texto de Groucho Marx en su libro Groucho y yo cuando habla del crack del 29, cuando su antiguo asesor financiero le dijo: "La broma ha terminado".http://www.rankia.com/blog/familyoffice/384604-groucho.
Alemania, Gran Bretaña, España, Italia, Portugal, Grecia... todos se afanan repentinamente por reducir gasto público, como si ahora se pudieran reducir coches oficiales, ministerios, empresas públicas, asesores nombrados a dedo... y hace un año fueran estrictamente necesarios. Se empieza a derrumbar el estado del bienestar y se empieza a hablar sin timidez de copago, céntimo sanitario, despido más barato, etc.
Nadie en su sano juicio podía soportar lo que aquí hemos vivido. Una competición, debido al estado autonómico que vivimos, por quién invertía más y mejor en cada Comunidad Autónoma, en cada provincia. Se quiere que cada Comunidad tenga estudios universitarios completos, y cada provincia luego reclama lo suyo, y en las provincias con poblaciones importantes se reclama otra parte para ellas. Con lo que tenemos Facultades en las que hay más profesores que alumnos (recuerdo un año en que un alumno mío se matriculó de 1º de una carrera de CC. Sociales... ¡con otros 5 alumnos!).
Luego se quiere que haya AVE, autovías y la repanocha hasta cada pueblito y urbanización de adosados. Recuerdo que mi suegro me preguntaba siempre por ese "milagro" español. Él se fue a Francia a principios de los años 60, aunque siempre volvía al menos una vez al año. Para él, en aquellos años ir a Francia era como el "Regreso al futuro", y venir a España era como entrar otra vez en el túnel del tiempo. Sin embargo, en años recientes él se preguntaba cómo es que España, siendo un país no tan fuerte económicamente como Francia, y con menos población, podía tener tal red de trenes AVE, el equivalente al TGV de allí. "¿De dónde sale el dinero?", se preguntaba él. Era fácil: el dinero no estaba ahí, gastábamos por encima de nuestras posibilidades, con las CC.AA. del signo contrario "agobiando" con demandas de más y más, y más rápido, que "el gobierno nacional nos tiene abandonados". Y las CC.AA. del partido en el gobierno, siendo más benévolas, pero pidiendo también más para no perder votos. Esto era una locura.
El PEIT, por ejemplo, preveía para 2020 vías claramente innecesarias, como plantear que, habiendo una autopista León-Asturias, hubiese a su vez una autovía. Más te vale rescatar el peaje de la ya construida, dejarla como autovía, y no invertir en una obra multimillonaria.
Y los ayuntamientos, para qué contar. Obras cada cuatro años para inaugurar antes de las municipales, pero sin dinero, a costa de endeudarse o no pagar a los proveedores. En León tenemos ejemplos claros de deuda acumulada a costa de hacer cosas para presumir sin tener dinero para pagarlas.
Y ahora descubrimos que, al igual que el contribuyente que si gasta más de lo que gana, y va tirando a costa de endeudarse, llega un momento en que presenta su particular quiebra financiera, los estados han descubierto que esto no podía seguir así. Hasta los bancos piden clemencia al BCE para que inyecte liquidez. El dinero parece haber desaparecido. ¿Y dónde está? Matarile, rile, rile, en el fondo del mar.

lunes, 7 de junio de 2010

Malos tiempos para la lírica. A vueltas con la reforma laboral (II)

Evitar estas colas. A eso debería reducirse esta reforma laboral. Conseguir más trabajo y de mejor calidad. Lo malo es si al final, como siempre, los trabajadores acaban con menos derechos y no arreglamos nada.
En otra anterior reforma, en 1997, se creó aquel contrato para el fomento de la contratación indefinida. Con ese contrato se reducía la indemnización por despido improcedente de 45 días por año trabajado hasta un total máximo de 42 mensualidades, hasta los 33 días, estando el procedente en 20 días con un máximo de 12 mensualidades. Lo cierto es que ese contrato no frenó la temporalidad (somos de los países con mayor índice en Europa) ni logró que se rebajase el paro estructural español. La reforma funcionó cuando había expansión, como hubiera funcionado en la época de la burbuja inmobiliaria que animásemos a los constructores a contratar más obreros regalándoles un torero de esos que hay gente que pone encima de la tele. Cuando se crea empleo, se crea de cualquier manera. Y cuando se destruye, pocas medidas lo evitan.
Ayer, domingo 6 de junio, las noticias eran inquietantes. Se anuncia un supuesto plan del gobierno para que sea más fácil descolgarse en una empresa de un convenio colectivo aduciendo problemas económicos. Con ello se acaba, de facto, con la negociación colectiva. Cuando quiera, un empresario, buscando como subterfugio un supuesto mal momento de la empresa, podrá zafarse de lo negociado para todos, que es la base del único poder que pueden tener hoy en día los trabajadores en un mundo globalizado. Sólo si se negocia en nombre de muchos se pueden alcanzar derechos laborales dignos. Si se va a negociar empresa por empresa, y prefiero no pensar en que se vuelva a negociar trabajador a trabajador, volveremos al siglo XIX.
Ayer un grupo de "expertos" entre los que se encontraba gente de prestigio (aunque extremadamente liberal) como Juan Iranzo, hablaba de las recetas contra la crisis y la necesidad de la reforma laboral. Y a mí se me ponían los pelos como escarpias ante frases como ésta: "Hay que acabar con el Salario Mínimo. Si alguien quiere trabajar por menos dinero, antes que estar en el paro, hay que darle esa oportunidad. Es menos digno estar parado que trabajar por menos dinero". Pues no estoy de acuerdo. Si no, volvemos a la esclavitud encubierta. También las africanas y europeas del Este que han poblado clubes de alterne en España, siguiendo ese razonamiento, están mejor siendo explotadas sexualmente que en el paro. Pues no. Hay límites que no se pueden sobrepasar. ¿Es digno en la España de 2010, a precios de 2010, trabajar por 500 euros al mes? Eso es indigno, es un salario de miseria, pero parece ser lo que quieren los empresarios para competir contra los productos que vienen de países con mano de obra más barata. Nuestra intención no es que en esos países se salga de la vergüenza (aunque a precios de mercado menores): la intención de los empresarios es acabar con los trabajadores metidos en un modelo tercermundista.
Se habla del modelo austriaco. Puede ser algo razonable, si nos olvidamos de otras boutades que se oyen estos días. Que las empresas vayan haciendo un fondo que el trabajador se lelva de una empresa a otra, para posibles despidos. Si un trabajador lleva 20 años trabajando en distintas empresas, el despido lo cobraría de lo aportado por todas ellas durante 20 años, y no a la última de ellas, que a lo mejor le ha ocupado durante 8 años. Es un modelo que incluso opta por complementar con ese fondo la pensión de los trabajadores, si no han tenido que utilizar el fondo con algún despido.
El modelo alemán yo lo modificaría un poco. Se habla de reducir la jornada de los trabajadores en lugar de despidos. Yo creo que podría utilizarse en parte el subsidio de desempleo para evitar esa reducción de horario. es decir, si la empresa reduce de 8 a 4 horas el horario de trabajo del trabajador, con la consiguiente reducción de salario, utilizar el subsidio, si es posible, para cubrir esas 4 horas y que el trabajador siga con su jornada. Eso siempre que la reducción de jornada no sea debida a una reducción de la producción, en cuyo caso es imposible mantener el horario de todos los trabajadores.
Lo importante es que haya un espíritu constructivo, y que aquí no nos carguemos en dos días el estado del bienestar y las conquistas sociales de más de 100 años. No podemos volver al siglo XIX, a ser como mineros de Oruro o trabajadores de una factoría de Henin. Porque eso al final redunda en menos crecimiento. Si nos vamos a quitar el SMI y la media de los nuevos salarios se sitúa ya no en el mileurismo sino en el mediomileurismo, ¿aquí quién va a consumir para mantener el tejido productivo?


viernes, 4 de junio de 2010

Reforma laboral: modelos y consecuencias

A vueltas con la reforma laboral... Ya es un muerto que empieza a oler. Y el gobierno tiene que dar carpetazo. Está claro que no se van a poner de acuerdo dos partes tan alejadas en sus conceptos fundamentales. Por eso, el gobierno debe decidir como buen árbitro. Nadie quedará contento, pero habrá jugado su papel: gobernar.
El problema es que esta reforma debía estar hecha hace mucho tiempo. Es malo reformar en plena deriva. El barco de la economía hace aguas, y es el peor momento para lograr que dos partes con intereses contrapuestos alcancen un denominador común. Ahora mismo, sindicatos y patronal sólo manejan números primos distintos. No hay nada que poner en común. Unos aspiran a lograr lo ansiado, libertad total de contratación y despido, y los otros temen que las conquistas de tantos años se vayan al traste por culpa de una crisis que no han provocado los trabajadores.
La principal reforma que debemos conseguir en España no está sobre la mesa. Y es algo que sí es urgente: conseguir remontar en productividad, una entelequia que es más difícil de buscar en España que un empresario con una oferta de 500 empleos en este momento. Somos poco productivos, pero no me extraña. Me contaba un amigo con una empresa de investigación que un día tuvo que salir a la máquina de café del pasillo porque ya llevaba más de media hora escuchando la conversación del fútbol del lunes. Mucha gente en el trabajo pierde más de dos horas diarias en consultar cosas de internet que no tienen relación con su trabajo, charlas varias, el cigarrito y el café con el pincho de tortilla. Claro, luego ves a un chino trabajar, que no sale ni a mear en diez horas, y te preguntas si no habrá un término medio.
Pero lo cierto es que algo hay que hacer con el mercado de trabajo. Por ahora, se van oyendo cantos de sirena: que si va a tenerse en cuenta la situación (mala) de la empresa para que haya despidos procedentes y se pague por tanto sólo 20 euros por año trabajado de indemnización, que si ir a un contrato único indefinido con 33 días por año y acabar con la temporalidad, que si modelo alemán, que si modelo austriaco... El día 16 veremos. Pero yo voy a hablar de experiencias pasadas conocidas, y lo que suponen.
Hace más de 20 años comencé a ir de vez en cuando (la vez que más, casi 6 meses) a un restaurante de la calle 8 de Miami en el que trabajaba con la música que era seña de identidad del local. Allí había un montón de camareros y bus-boy (ayudantes de camareros), muchos de ellos españoles emigrados o latinos el resto. Te llamaba la atención la cantidad de camareros que habitaba aquel lugar. Era lógico: su sueldo era mísero. Cobrar, del empresario, apenas cobraban. Su sueldo real eran las propinas, el 15% mínimo era lo que esperaban. Por ello, se esmeraban en el trato e incluso estarían animados a conseguir que el cliente consumiera una botella de su extensa carta de vinos (algunos de varios miles de dólares) y no una coca-cola con la que algún yanqui destrozaba un buen chuletón. Ahí venía la simbiosis: si el camarero ganaba más, el empresario también. Puede considerarse que este sistema es bueno: se contrata mucha más gente y empresario y trabajador tienen intereses comunes: que el cliente gaste lo más posible y marche contento. Pero, ¿es positiva esta medida? Tiene su trampa.
La trampa está en que, cuando hay un mes malo, los trabajadores casi no cobran un dólar, como después del Andrew, un huracán que estropeó la economía del lugar por una temporada. Y los camareros, si no cobran, se van, y de repente te encuentras sin gente. Pero lo peor es la desprotección: uno de aquellos hombres, que se pagaba un buen seguro médico de su bolsillo, prácticamente se arruinó al llegar el cáncer de próstata a su vida, ya que el seguro le cubría sólo el 40% del coste del tratamiento, carísimo. Un sistema ultraliberal no protege al trabajador, no prevé la protección con un sistema sanitario de cotización, y mientras todo va bien, todos bien; pero si vienen mal dadas, el trabajador sufre más que nadie, y mucho más que en nuestro sistema. Te vas a casa con una mano delante y detrás va alguien zurrándote de lo lindo.
El modelo alemán no me parece mal. Creo que algo hay que hacer para evitar que la gente se vaya al paro cobrando su subsidio. Es mejor utilizar esos fondos para lograr que la persona siga trabajando. La posibilidad de reducir lo que paga la empresa en épocas de crisis y que el Estado se haga responsabñe de parte del salario con cargo al fondo de los subsidios, pero consiguiendo que el trabajador siga cotizando y siga trabajando, me parece buena. Lo que hay que evitar es el abuso de esta medida. Y ya sabemos que las empresas son expertas en maquillar cifras para justificar ese tipo de financiación de sus no-despidos.
Otra cosa que hay que cambiar radicalmente es la formación del desempleado. Ése sí es uno de los puntos cruciales. En el año 93 yo me apunté al INEM, mientras preparaba oposiciones. Y me surgió la oportunidad de hacer un curso de formación, pagado por el INEM, y que impartía una fundación de un sindicato de los mayoritarios. Aquel curso era un desastre: se llamaba "Contabilidad informatizada" (eran tiempos en que eso era una novedad), y para tener derecho a matricularnos en él tuvimos que hacer un examen de contabilidad. Se suponía que allí iríamos parados con formación económica y conocimientos de contabilidad, y que aprenderíamos a manejar un programa tipo Contaplus. Pues bien, rien de rien.
La primera y principal causa del fraude fue achacable al INEM. Allí había cuatro personas de 15 con formación económica. El resto era gente que no tenía ni pajolera idea de lo que era un balance, el activo o el pasivo, y mucho menos lo que significaba aquello de "dotación provisión depreciación mercaderías", así, sin conectores lingüísticos. Había tres limpiadoras en paro, un jardinero, un transportista... Todos ellos estaban allí obligados, porque cobraban el subsidio, y era una forma de controlar que no trabajasen, al menos de 9 a 2, el horario del curso. Por tanto, en el curso no avanzábamos, tuvimos que empezar de cero, y yo acabé dejando aquella chapuza a la mitad, con la bronca consiguiente en Trabajo por haber hecho "perder" ese puesto a otro alumno. Más bien le "ahorré" a alguien perder su tiempo.
Pero la otra causa es el otro cáncer de la formación. Trabajábamos con medios antediluvianos, en MS-DOS cuando ya había programas contables en Windows, casi no había folios... Simplemente, si a aquel sindicato le pagaban 100 para dar el curso, pretendían darlo con un coste de 20 y así ganar dinero. Ése es el problema de la calidad del curso. Es lo mismo que sucede con las subcontrataciones: el Estado paga 100 por una obra, y ésta se acaba haciendo por 40, y en medio han quedado 60 de comisiones de la consiguiente cascada de subcontrataciones.
Si queremos modificar algo, hay que modificar varias cosas en nuestro mercado laboral. Pero no pensemos que por abaratar el despido se va a contratar más y menos precario. No pensemos que pagando un subsidio de 2 años por no hacer nada eso facilita luego la recontratación. Y no pensemos que gastando los cientos de millones que gastamos en formación, que eso vale para algo si luego nos desentendemos de esa formación. Pagamos y miramos para otro lado. Y desde luego, no esperemos que España prospere con nuestro nivel de precios y con millones de mileuristas y menos-que-mileuristas.
Pues nada, a esperar al día 16, y veremos... De momento, auguro huelga general para septiembre... (que es muy duro hacer huelga en agosto en la playa).

martes, 1 de junio de 2010

Eficiencia vs Eficacia. ¿Realmente es malo lo público?

Desde hace mucho tiempo se toman como verdades absolutas unas máximas: "lo público es menos eficiente que lo privado", "el trabajador en una empresa o administración pública es siempre menos productivo y eficiente que en una empresa privada" y "a más competencia, privatizando y liberalizando, más beneficios para el consumidor".
Cualquiera que diga lo contrario verá cómo le llueven las críticas más feroces, por mendaz, estalinista o cosas peores. Pero es que la realidad es muy tozuda. Y no siempre lo que queremos que pase es lo que sucede en realidad. Querer creer algo, querer creer que se quiere que algo sea cierto.
Sí he encontrado en mi vida ejemplos que certifican esos postulados. Pero es que eran ejemplos de tebeo de Mortadelo, por la caricatura de lo público. En Cuba en 1987, entrabas en una tienda de electrodomésticos, y casi había más trabajadores (el que te abría la puerta, el que te atendía, el que envolvía la compra, el que ponía en un papelito el precio a pagar, y el que te cobraba) que objetos para vender. Era una penuria de medios, pero en un país en el que el trabajo era obligatorio por ley, que esos trabajadores se rascaran la barriga era bastante normal. Aquí valdría la frase que una vez leí de un alemán que vivió la antigua Alemania Democrática, la RDA, es decir, la comunista, con su feroz Stasi y su nula libertad. Él decía: "El Estado hacía como que nos pagaba, y nosotros hacíamos como que trabajábamos". En un sistema así, sin incentivos, es claro que la gente será ineficiente e improductiva. Cobrar la misma miseria hagas un buen o un mal trabajo lleva a estas cosas.
Pero también he visto ejemplos de lo malo que supone privatizar y liberalizar un servicio público. El caso más asombroso es el del servicio de ferrocarril de Gran Bretaña. Con el sucesor de la Dama de Hierro, John Major, este servicio se privatizó en 1996. ¿Qué se esperaba con ello y la posterior liberalización del servicio? Lo que es evidente: un mejor servicio, precios más bajos, un mayor cuidado de la seguridad... Pues todo lo contrario. El precio subió hasta cotas inimaginables. Yo recuerdo haber pagado más o menos la misma cantidad por un billete del Eurostar París-Londres, a todo confort, que por otro billete Londres-Ipswich que me recordaba a un tren de la FEVE de los años 70. Pero lo peor es que, además de encarecerse el servicio y empobrecerse la calidad, se descubrió poco a poco que se estaba descuidando la seguridad, con una precarización del empleo y un crecimiento de los accidentes mortales debido a la mala situación progresiva de las infraestructuras ferroviarias. La película de Ken Loach "La cuadrilla" ("The navigators") reflejaba muy bien esta realidad. En su sinopsis podíamos leer: "Un grupo de trabajadores encargados del mantenimiento de las infraestructuras ve cómo su situación laboral queda amenazada por criterios meramente productivos. Son invitados a firmar "despidos voluntarios", pierden su derecho a vacaciones, oyen hablar de una flexibilidad laboral que encubre en realidad una precariedad en el trabajo, y ven cómo se reducen los gastos -lo que significa menos puestos de trabajo- con el consiguiente aumento de la peligrosidad".
Pues bien, fue tal el desastre que al final el gobierno británico decidió intervenir el servicio de RAILTRACK en 2001, la compañía privada que se había hecho cargo de la gestión de las infraestructuras ferroviarias, es decir, nuestro Adif. Prueba de que no necesariamente lo privado es mejor que lo público.
Pero es que cada día me encuentro más ejemplos. Hoy en día casi todos los servicios no básicos son privados, y muchos de los básicos. Y no funcionan mejor, sino peor. ¿Alguien ha intentado solucionar alguna vez un problema de su línea telefónica, su línea ADSL, su compañía de cable? Lo único que logra es, tras hablar con más de una docena de distintas voces con distintos acentos, cogerse un cabreo de mil pares. No te resuelven nada, no te hacen caso, no les interesas. Si eso te pasase con una administración, ardía Troya.
Un día en una cola esperando. Más de media hora y allí no se movía nada. Los trabajadores, sin estrés ante una cola que se hacía más grande por momentos. Y nadie se quejaba. ¿Por qué? Porque era la cola del banco. Una oficina central de uno de los grandes bancos. Nadie se quejaba porque la banca es eficientíssssima (para cargarnos comisiones) y sus trabajadores el colmo de la productividad. Pero si la cola hubiese sido en el Ayuntamiento o en el médico del ambulatorio, a los diez minutos los impacientes de turno hubiesen comenzado a despotricar contra los trabajadores de lo público, que no dan golpe.
Pues ni tanto ni tan calvo. He visto trabajadores nulos en la banca privada (vengo de familia dedicada a ello) que ahí han estado hasta su jubilación, y he conocido trabajadores de la administración pública más eficientes que nadie. Pero conviene esparcir esas ideas, porque entonces se privatizan jugosos negocios cuya rentabilidad pasa de manos públicas a privadas. Se privatizan los beneficios y yo no veo que mejoren las cosas. En España se privatizó Telefónica, se liberalizó el mercado de las telecos, y seguimos con los precios más altos del mundo. Se "privatizó" la televisión y ahí está la mierda que nos ofrecen las privadas.
Lo que tiene que quedar claro es que, para las empresas privadas, lo suyo es tener beneficios. A costa de lo que sea: seguridad, calidad, competencia... Si hace falta, se acuerdan precios. Si hace falta, se engaña (por ejemplo, el acuerdo entre varios fabricantes de geles que subieron de precio un 15% acordando reducir paulatinamente y de forma coordinada el tamaño de los envases. Se puede ver en: http://www.publico.es/dinero/289531/bano/espumacon/pacto/secreto). Y si hace falta, se restringe la seguridad, que cuesta un ojo de la cara mantenerla.
Por eso tiemblo cada vez que oigo hablar de privatización de la sanidad. Una vez tuve un pequeño enfrentamiento verbal con el Profesor Barea (aquél de la Oficina Presupuestaria del Gobierno Aznar, un venerable anciano más neoliberal que Milton Friedman...) en un curso de la UNED en Segovia o Ávila, no recuerdo. Él decía que la sanidad, privatizada, sería más eficiente, ofrecería un servicio a un menor coste. Y yo le repliqué que en la sanidad o en la educación no cuenta la eficiencia económica, cuenta la ratio persona atendida/pewrsona curada. No vale decir: "qué barato me sale este servicio de oncología" si resulta que no financia los mejores tratamientos de quimioterapia, que son muy caros.
Lo mismo, en educación. En Ruanda tienen escuelas muy eficientes: con un madero, una tiza y un suelo ya tienen centro educativo. ¿Por qué no hacemos lo mismo aquí? Pues porque sabemos que escatimar medios en algo que es capital en la formación de nuestros futuros ciudadanos llevaría al desastre. La eficiencia debería medirse en calidad de formación: quitando sesgos (alumnado que decide no hacer nada, un 30% en el primer ciclo de ESO), con exámenes concienzudos se podría saber si los alumnos dominan un montón de herramientas, capacidades... Y ahí se les ve: ayer mismo estuve en un aula con alumnos de 16 años que programan en HTML...
No despreciemos lo público. El día en que todo sea privado, empezaremos a notar una añoranza que nada podrá llenar. Y comprobaremos el miedo que nos puede dar caer en manos de un sistema sanitario totalmente privado...

viernes, 28 de mayo de 2010

Austeridad (II). El efecto dominó: todo en economía está relacionado

Ayer se materializó en el Congreso la decisión de recortar gasto por parte del Gobierno, por 169 votos a favor y 169 en contra. La disciplina de voto del partido en el poder logró sacar a flote medidas muy controvertidas (congelación de pensiones para 2011) y otras aplaudidas por una gran mayoría de españoles (bajada del sueldo de los funcionarios).
Parto de una idea: no soporto el electoralismo y la demagogia cuando se habla de los pensionistas. Un ejemplo claro lo tengo a mi lado. Yo soy profesor, funcionario. Me bajarán el sueldo un 4,5% nominal, que teniendo en cuenta que la inflación interanual ahora está en el 1,5%, significa una bajada real del 6%. Pero digamos que lo asumo, ajo y agua. Pero me pregunto, ¿por qué a un profesor que se jubila ahora en junio, y que va a cobrar, en general, la pensión máxima, y que seguro que ya pagó su vivienda comprada en épocas en que no había burbuja inmobiliaria, es injusto que le congelen la pensión, cuando cobra más que yo y seguro que tiene una renta personal disponible mayor? Aquí hay mucho populismo, por parte de todos los partidos. Nadie se atreve a decir que hay jubilados que viven mucho mejor que la inmensa mayoría de los asalariados. Pero son intocables, porque suponen mucho voto...
Pero mi comentario venía por otro lado. He dicho que asumo mi bajada de sueldo. pero eso no va a suponer una tragedia. Simplemente, adaptaré mi vida a la nueva situación. En casa entrarán, entre mi mujer y yo, calculo que unos 250 euros menos al mes. Eso supondrá, necesariamente, recortar gastos, de los considerados más superfluos, pero sin tocar lo importante.
Y eso, ¿a quién va a afectar? Pues a otros, no a mí. Posiblemente reduzca un poco mi cesta de la compra, dejaré alguna actividad extraescolar de las caras, quizás me dé de baja en el gimnasio. O sea, cada recorte que me hagan a mí, el recorte se lo repercuto a otros. Como cuando sube el precio del papel y la empresa del periódico me repercute en el precio esa subida. Todo en economía está relacionado, y unos y otros dependemos de los demás más de lo que pensamos.
Por eso traigo aquí un texto que me llegó vía correo electrónico. No es mío, pero como me resultó simpático, porque refleja ese efecto dominó que se producirá en la economía, aquí lo dejo. A algunos les gustará, a otros no. Pero es indudable que algo de lo que refleja sucederá.
El carpintero metálico, tipo fornido y de brazos bronceados por las chispas que genera la soldadora eléctrica, se alegra de la medida que ha tomado su presidente Zapatero.
El camarero autónomo, dueño de un bar de barrio, hombre sacrificado y eficiente en la ardua tarea de regentar su negocio, celebra que el Gobierno baje el sueldo de los funcionarios.
La dependienta de Zara, a quien el uniforme negro queda tan bien, aplaude los recortes que el Ejecutivo piensa llevar a cabo en las retribuciones de los empleados públicos, mientras menea el culito entre prendas y clientes.
El dueño del gimnasio de la esquina, joven emprendedor, tan aficionado al deporte como a las agujas, dice que ya era hora de que se metiera mano a esa panda de vagos y caraduras.
La cajera del supermercado -hartita de trabajar dentro y fuera de su casa- es de la misma opinión que el señor que en esos momentos está pagando, un jubilado de la Europapel que no aprueba que se congelen las pensiones pero sí que se disminuya el salario de los funcionarios.
Antonio el frutero, que se levanta todos los días a las cinco de la mañana para ir a la lonja, explica a la Cuqui la de la papelería, mientras le pesa las manzanas fuji, que esto lo tenía que haber llevado a cabo el Gobierno hace mucho tiempo, que por culpa de lo que se ha venido gastando en todos esos parásitos no productivos que son los empleados públicos, nos vemos como nos vemos...
El funcionario regresa andando a su casa tratando de calibrar cómo le va a afectar el recorte de su salario y de qué manera puede minimizar el impacto que el mismo va tener en su economía doméstica. Piensa que lo primero que va a desechar son los gastos inútiles; así, decide que el mes que viene no irá al gimnasio de la esquina: sale más barato correr en el parque y, además, es más sano. Los abdominales los hará en casa, con los pies metidos debajo de la cómoda. Hace, asimismo, memoria de los polos y camisas que tiene en el armario y determina que tampoco necesita renovar el vestuario este verano. La pena es que no podrá recrearse en la visión de alguna que otra dependienta. No piensa renunciar a la cervecita, pero en lugar de tomarla en el bar del barrio, se comprará unas latas, aunque no en el supermercado habitual, en el que las cajeras están hartitas de trabajar dentro y fuera de la casa y que es un par de céntimos más caro que el Día/Mercadona/Eroski. También ha llegado a la determinación de comprar las verduras en una frutería más barata que la del Antonio el frutero. La calidad será menor pero, total, lo verde está malo de todos modos. En cuanto a las reformas que necesita su casa, no tiene duda de que éstas habrán de esperar a tiempos mejores, si es que llegan. De modo que nada de cambiar los cierres de aluminio...
Y así, el funcionario vuelve a casa, ignorante de lo que el preclaro y eficaz intelecto del presidente de su Gobierno va a ayudarle a ahorrar....

martes, 25 de mayo de 2010

Austeridad

Llega la famosa austeridad. Austeridad en el gasto, pública y privada. De repente, por las medidas que toman en distintos países de la U.E. e incluso en algunas CC.AA. españolas, nos damos cuenta de que estábamos dilapidando dinero público, como dirían los asturianos, "a esgaya". Ahora se dan cuenta en Gran Bretaña, por ejemplo, que los altos cargos pueden desplazarse andando o en transporte público, y que sólo en caso de que vayan a un acto oficial, deberán utilizar vehículos de flota, pero nada de un coche/un chófer por cargo público.
En España, en Castilla-La Mancha reducen el número de Consejerías. De 14 que eran pasadas las elecciones, pasaron a 10 en un primer recorte y ahora serán sólo 7, la mitad del primer "equipo". Y digo yo: si Castilla-La Mancha no se hunde tras este recorte, ¿no será que hay hiperinflación de cargos, amigotes, fundaciones, asesores, coches oficiales, recepciones, visitas, dietas, etc. en nuestras administraciones?
El volcán Effjkjhytttttkjoneskjalla ése nos descubrió otro secreto: hay reuniones oficiales que se pueden hacer, aprovechando que ya no estamos en la era de las señales de humo, vía vídeo-conferencia. La de billetes de avión, con multitud de personal que se ahorran. Pero es que, visto al precio al que venden organizadores de eventos como Orange Market sus servicios, no quiero imaginarme lo que costará una de estas reuniones del Grupo euromediterráneo con sus consiguientes hoteles para cientos de personas (eso sí, hoteles de lujo), comidas, vinos españoles, cenas, visitas culturales, regalitos de cortesía, pitos y flautas. Sólo ahora que se habla de austeridad somos conscientes de por dónde se va nuestro dinero.
También descubren ahora por ahí que los políticos no hace falta que viajen en primera. Quizás a partir de ahora disfrutarán de las delicias de viajar en las low-cost y que les cobren por respirar, con lo que a lo mejor legislan frente a tanto abuso. Con los miles y miles de billetes de avión que pagamos a lo largo del año a los políticos, no quiero pensar en los diferenciales de precio que pagamos para que sus señorías viajen lejos de la plebe, en sus Business class. Nada más tenemos de vez en cuando un friki como el Presidente de Cantabria, Revilla, que se presenta en La Moncloa en taxi y con una lata de anchoas. Lo malo es que, con la crisis, lo mismo se presentará a partir de ahora en rickshaw y con una lata de Hacendado low-cost.
Uno de los principales males de la política es la opacidad con la que funcionan nuestros políticos. Cuanto más local la Administración, más se acentúa el problema. No sabemos lo que gastan, en quién y por qué. Y en esta época en que ya no usamos la Olivetti, es vital un voto por la transparencia.
La transparencia en la administración nos llevaría, invariablemente, a la austeridad en comparación con tanto despilfarro. Que cada gasto que se haga, lo podamos consultar en internet. Cada billete de avión, cada suministro de material de oficina, cada litro de gasolina gastado, debería ser público. A quién se ha contratado, y por qué. Qué presupuestos y de qué empresas se han recibido, por qué se ha elegido a quien se ha elegido... Así acabaríamos con tantas Malayas, Gürteles y Filesas. Podríamos saber si nuestro alcalde se ha ido a Wachintón con un billete que ha costado 2.500 euros, cuánta gente iba de acompañante, quiénes se pagaron sus gastos, qué dietas cobraron, los hoteles en los que se alojaron... Esto no es difícil de hacer. Informes económicos y volcado a una página web. Siendo Secretario de un Instituto, me tocó lidiar con una época de austeridad. Cada vez nos bajaban más el dinero del presupuesto asignado (caía el número de alumnos) pero los gastos fijos subían: el gasóleo de calefacción se encareció muchísimo, y se gasta el mismo número de litros o más para calentar un centro con las aulas llenas o con las aulas a medio llenar. Lo mismo que la luz o la cifra de teléfono, que subía porque los padres dejaban cada vez más como contacto un móvil, con llamadas no precisamente baratas cuando hay que comunicar un caso importante y la conversación se alarga.
Pues bien, en aquel contexto, yo fui el más austero de los austeros. Apuntaba cada lápiz que entregaba, cada caja de chinchetas, cada carpeta, para evitar que el gasto se disparara. Hacía públicos todos los gastos que se generaban, quién había gastado, dietas recibidas en excursiones, departamentos que habían adquirido libros, etc. Recuerdo las birrias de gastos que podíamos hacer, como que un Departamento de filosofía en cuatro años hubiese adquirido libros por valor de 60 euros (a 15 euros al año; no da ni para una suscripción a la revista parroquial).
Sólo con transparencia se puede ser austero. Que todo el mundo sepa lo que hay. Y entonces los ciudadanos decidiremos si es razonable gastarse millonadas en cambiar las mismas aceras por tercera vez en 10 años, o cuántas dietas se han llevado los concejales de turno por asistencia a plenos y reuniones con juegos florales y grupos de gaitas. Y da lo mismo que sean gallegas y suenen bien: si quieren gaitas, que se las paguen de su bolsillo.

domingo, 23 de mayo de 2010

¿Qué es un cártel? El caso de los dentistas

En el lenguaje popular entró ya hace tiempo la palabra cártel o cartel, para referirse a una asociación de productores o comercializadores de algún bien o servicio que buscan fines que atentan contra el mercado libre.
Bien supimos de un primer cártel famoso, allá por 1973. Fue la época de la 1ª crisis del petróleo. El cártel de la OPEP, es decir, varios de los principales exportadores mundiales de petróleo, acordó por entonces uno de los posibles pactos de cártel: reducir producción conjuntamente para provocar escasez en el mercado y, con ello, provocar una subida de precios del oro negro. Y a fe que lo consiguieron, provocando una de las peores crisis del siglo XX (pero crisis para algunos, como España, no para Arabia Saudita, evidentemente) que trajo un fenómeno desconocido hasta entonces: la estanflación (unión de estancamiento económico, fuerte recesión, con una inflación pronunciada del lado de los costes). Fueron años de zozobra económica, y siempre qu en la OPEP han funcionado de manera disciplinada, como real cártel, nos han zurrado la badana a los países energético-dependientes.
Otro posible caso de cártel es el de repartirse mercados. Ahí nos suenan cárteles tristemente famosos como el de Medellín, Cali, Juárez... o las mafias de Chicago, que se repartían zonas de la ciudad en las que no debían operar los demás. En España, en algo más "legal", ya fueron multadas las cajas o-navarras (Kutxa, BBK, Vital Kutxa y CAN) por repartirse los mercados de las provincias de su influencia. Limitar la competencia para evitar sumar costes y reducir beneficios en sus actividades (la competencia, si es verdadera, reduce precios y aumenta costes de atención al público, marketing, etc.) era el destino de esta actividad de cártel: http://www.cincodias.com/articulo/empresas/Audiencia-Nacional-rebaja-BBK-Vital-sancion-Competencia/20100106cdscdiemp_25/cdsemp/
Otro de los posibles cárteles es el que busca fijar precios. Es mejor para los competidores en un mercado evitar competir vía precios, y jugar a bajar el precio frente al de los competidores, porque eso lleva a guerras de precios, en las que pierden todos, sobre todo los más débiles. Es lo que está pasando ahora mismo en España en el sector de la alimentación: guerra de precios entre Mercadona, Carrefour, Dia... y al final, los grupos menos potentes pueden caer por el camino. Para todos sería más provechoso (en el corto plazo) fijar precios y vender todos más caro. Pero la estrategia de los líderes de mercado, como Mercadona, es reducir costes al mínimo, por ejemplo acogotando a sus proveedores (algunos, como Gullón, venden el 90% de su producción a Mercadona, y si se quedan si venderles, directamente cierran) y bajar precios, para así eliminar competencia, con lo que a medio-largo plazo saldrán ganando. Un caso claro de cártel, con múltiples denuncias por acordar precios, es el caso de las gasolineras. Ya es casual que, kilómetro tras kilómetro, tengan todas los mismos precios, hasta las milésimas de euro, cuando en EE.UU. de una a otra, a 500 metros, puedes encontrar diferencias a veces de un 5% o más.
Pues un caso clarísimo de cártel, con fijación de precios al alza, es el de los dentistas en España. Como el servicio público de salud no cubre lo que corersponde a los dientes (así hay tanta gente desdentada en España, con la merma de calidad de vida que eso supone; es mejor tener eso gratis a que nos atiendan gratuitamente por una gripe) cualquier español con un problema de dientes acabará en un dentista privado. Y ahí llega el hachazo. La ortodoncia del niño, a pagarla como la casa, casi con una hipoteca. Si te tienen que hacer dos implantes (a mayor precio que los de Pamela Anderson, pero en este caso no de silicona king size: dos piezas de porcelanita pequeñinas, perdidas en la dentadura...) vete quedándote dos años sin vacaciones.
Esta situación sólo es posible debido a que los dentistas no compiten realmente. Si no, sería imposible encontrarse historias como la que contaba un español en una carta al director en El País. Su relato era el siguiente: "Llevo días siguiendo el debate que se ha abierto respecto del gasto sanitario y me ha venido a la memoria un viaje a Finlandia de hace cuatro años. Mi cuñada pasó una mala noche por un dolor de muelas y fuimos al dentista de una pequeña localidad al norte de Rovaniemi. Llevamos bastante dinero en efectivo, por lo que pudiera pasar. Después de media hora de visita, una radiografía y un empaste nos entregaron la factura: 12 euros, con la indicación de que en nuestro país podíamos reclamar su devolución.El antibiótico recetado también fue barato. Tal vez el recorte del gasto farmacéutico conllevará la eliminación de puestos de trabajo, pero no creo que, para mantenerlos, tengamos que tener en nuestras casas un armario lleno de medicinas. La verdad es que no sé si el gasto sanitario español es mayor o menor que el de otros países, pero de lo que estoy seguro es de que podría estar mejor gestionado".
Después de leer esto, te preguntas qué hemos hecho mal, para tener los dentistas en Porsche Cayenne que tenemos, declarando a hacienda lo que les da la gana (la mayoría no tiene ni datáfono para poder pagar con tarjeta, que deja rastro de los ingresos...) y que nadie les haya metido mano. ¿Qué son, más baratos los costes en Finlandia? ¿O es que aquí los dentistas son un cártel del que no hay forma de escapar? Bueno, sí hay forma: un viaje en Ryanair a Bucarest, y a hacerse allá la dentadura...

viernes, 21 de mayo de 2010

Sentar las bases de una nueva economía

Hoy fui a comprar el periódico al kiosco y me resultó curiosa la situación. La kiosquera, una mujer de unos 60 años, hablaba con un taxista, parecida edad. En otros tiempos quizás estarían hablando del partido de fúrbo o de la última chorrada salida de la televisión. Pero hoy no. Su conversación parecía sacada de la City, más propia de brokers. Hablaban de la situación española, comparando con Francia, Inglaterra, y las soluciones y posibles problemas.
Evidentemente, la economía y sus efectos en las vidas de todos han llegado al corazón de los ciudadanos. Ahora, desgraciadamente (por la razón por la que se ha llegado a esto), la economía está en la conversación de la pescadería, de la peluquería...
Hablaban mi kiosquera y el taxista de la comparación con Francia. Y el taxista decía: "es que, aunque estén como nosotros, ellos tienen fama de ricos, y ya se sabe que a los ricos siempre se les trata mejor". A mí no me gusta entrometerme en conversaciones ajenas, y no lo hice. Pero la frase del taxista me hizo pensar.
Decía yo el otro día que un gran problema de España es la deuda privada, y la situación de la banca a la que hemos llegado, con esa especie de estafa piramidal que se ha montado (ver en: http://elprofedeeconomia.blogspot.com/2010/05/la-estafa-piramidal-el-problema-de.html).
Por solucinar problemas futuros deberíamos empezar para poder sentar las bases de cara al futuro.
Una diferencia con respecto a Francia es, precisamente, la deuda privada. Allí no se metieron en nuestra enorme burbuja inmobiliaria, no se han endeudado hasta las cejas en un porcentaje tan alto de la población, y han sabido frenar a tiempo proyectos faraónicos como la remodelación de su City, La Défense, donde se iban a hacer al menos 15 rascacielos proyectados por grandes de la arquitectura como su compatriota Jean Nouvel.
Pero es que, en Francia, hay leyes que hacen que la gente no se pueda endeudar tanto como quiere o no puedan gastar tanto como deseen. Un caso claro es la ley de arrendamientos urbanos de aquel país. Un francés sólo puede alquilar un piso cuyo valor no exceda un tercio de su salario. Es decir, un mileurista español, por ley (si copiásemos la idea), no podría pagar más de 333 euros por un alquiler. Alguien me dirá: es que, entonces, si soy mileurista, no voy a poder alquilar. Pero la ley tendría dos efectos: uno, reducir los precios de los alquileres: pincharía la burbuja. Si no hay gente para pagar los alquileres, los arrendadores tendrían que claudicar ante el enorme exceso de oferta que se produciría a los precios actuales. Y por otra, hacer de "Papá-Estado": si la gente no sabe ver que no debe gastar más de un tercio de su salario en la vivienda, porque luego vienen un montón de gastos añadidos, es mejor obligarles. Que si no, luego vienen las tragedias: gente que no puede pagar la vivienda, tiene que comer mierda con patatas y el consumo se hunde. Y la economía se va a freír churros.
Pensemos qué hubiera pasado si hubiese existido una ley similar en España para la concesión de las hipotecas. Todos sabemos que los precios se inflaban cada año, con subidas de precios en más de un 15% cada año, como consecuencia de la burbuja crediticia. Si tu banco no te daba el 100% del valor de la compra del piso (incluyendo impuestos y gastos), algún banco te lo daría. Si hacía falta pagar en 40 o 50 años, y si hacía falta ir a una tasación de cine de Hollywú para poder obtener el préstamo, se hacía. Y eso no hacía más que impulsar aún más los precios al alza. Eso provocó la debacle. La burbuja crecía y crecía, la gente se endeudaba hasta las cejas... hasta que llegó la tragedia. Gente que no ha podido pagar y ha visto su vivienda embargada, o gente que sigue pagando la vivienda a costa de bajar a mínimos su consumo. En el supermercado al que voy a veces hasta los empleados asesoran a algún cliente que busca gastar lo mínimo posible, sin necesidad de comer mierda con patatas.
Por ello, para sentar las bases de una nueva economía, debería haber una ley bien sencilla. Para poder comprar una vivienda, la unidad familiar debería poder endeudarse hasta un máximo de un 40% de su renta familiar disponible, y hasta un máximo de 30 años, sin posibilidad de superar los 60 años, es decir: si el préstamo se pide a los 35, debería pagarse en un máximo de 25 años. Y debería haber un máximo de endeudamiento para todo tipo de créditos: quizás, un 50% de la renta total familiar disponible. Una cantidad mayor lleva, inevitablemente, en situaciones como la actual, a lo que tenemos: bancos sin dinero y familias en quiebra o consumiendo a nivel de pipas y palomitas.
Me diría más de uno: "pero así, ¿quién podría pagar un piso?" Yo le cambio la pregunta: así, ¿quién podría vender pisos a precio de oro construidos a calidad de mierda con patatas? Con ello, se evitarían futuras burbujas inmobiliarias producidas por burbujas crediticias. ¿Simple? Sólo lo simple es lo que parece más complicado de hacer...


jueves, 20 de mayo de 2010

Nuevo candidato a Presidente del BCE, ministro de finanzas o experto económico

Os presento al candidato a suceder a Jean Claude Trichet en el BCE. Aunque también podría ser el recambio de Elena Salgado en la Vicepresidencia Económica de nuestro gobierno o nos valdría de experto analista del Fondo Monetario Internacional, de S&P o de FUNCAS.
Magritte diría "ceci n'est pas un brique". "Esto no es un ladrillo", parafraseando su famoso cuadro. Claro que no. Es el futuro director de la política económica de cualquier país. ¿Y por qué, se preguntarán mis fieles lectores?
Un ladrillo, a pesar de que lo de arriba no es un ladrillo, parece tener vida propia. Tiene aspiraciones. Se imagina acabar siendo parte de algo importante: ayudar a construir un museo (bueno, hoy en día los museos se pueden construir con cualquier cosa que se le ocurra a algún "genio" de la "arquitextura"...), formar parte de una promoción de viviendas sociales... El ladrillo nació para construir un mundo mejor. Y resulta que no es nada más que la pieza de un enorme engranaje, se pierde en un marasmo de materiales y decisiones, y acaba por no ser más que un ladrillo, simple y llanamente. Sin más valor que dejarse hacer, dejarse levar y dejarse morir por el paso del tiempo.
Pues eso es exactamente lo que hacen nuestros sesudos dirigentes económicos, por lo que veo. Parece que toman decisiones, pero son las decisiones las que les llegan a ellos. Son decisiones sobrevenidas, sin una planificación previa. Como el niño que, tras hacerse pis en los pantalones, pide a sus papás que le pongan a hacer pi-pí. Tenemos unos ladrillos por dirigentes de la economía.
Empecemos por decisiones tomadas hace tiempo. Cuando en los primeros albores del titubeo económico más de uno advirtió en paulatino enfriamiento de la economía, y voces cada vez más fuertes y más numerosas pedían al Sr. Trichet que bajase los tipos de interés en el área euro, éste, cual buen estalinista o estajanovista del puesto, negaba la mayor. "Mi trabajo es tener a raya la inflación, que para eso me pagan", debía pensar él. Y no hizo su trabajo. Su trabajo era ser anticíclico, pero adelantarse a ese fenómeno, es decir: cuando adviertes que vendrá la crisis, tiempo antes debes empezar a trabajar las políticas expansivas. En el caso del Sr. Trichet, máximo gurú de la política monetaria europea, le hubiera corerspondido empezar a bajar los tipos al menos un año antes. Eso sí, con la crisis al más tonto se le ocurre que hay que bajar tipos. Y sin embargo, el Sr. Trichet se olvidó de algo. Una cosa es la teoría, y otra la práctica. Política monetaria expansiva, a ver... "Sí, si lo estudié en la E.N.A., si bajas los tipos, será más barato pedir créditos y se expandirá el gasto en consumo en inversión y con ello la demanda agregada y con ello el empleo y la producción y con ello..." ¡ZAS! Y se le rompió el cántaro al lechero.
El Sr. Trichet se olvidó de que tenía que bajar los tipos a tiempo, siendo contracíclico. Bajarlos en época expansiva en el momento en que se advierte que vendrá el cambio de ciclo, y con ello contrarrestar el efecto, al menos el inicial. ¿Qué pasó? Pues que llegó tarde. Cuando quiso que funcionara ese efecto expansivo, y que los bancos prestaran dinero a intereses más bajos, se encontró con la realidad: los bancos no querían o no podían prestar (falta de fondos, morosidad, acumulación de bolsa inmobiliaria...) y las familias tampoco estaban tan interesadas en pedir préstamos (la gravedad que se advertía en la crisis motivaba comportamientos de suma cautela en el gasto). Los únicos, los pequeños empresarios, con grandes problemas de liquidez, queriendo lograr vías de financiación, y encontrando las puertas cerradas. O sea, que la decisión de Trichet de bajar tipos tuvo el mismo efecto que si hubiese decidido fumarse un puro. Otro gallo hubiese cantado si hubiese bajado un par de puntos los tipos al menos un año antes, cuando todo parecía indicar que se acababa un ciclo bastante duradero de expansión económica.
Estos días vemos otra política sobrevenida a nuestros ladrillos, en este caso, los ministros europeos de finanzas. Han decicido darle a la tijera del gasto, y algunos, tímidamente, subirán un poco los impuestos. Pero el principal leit motiv de estos días es: "bajar déficit-recortar gasto". Esto no es un ladrillo, pero se le parece. Aquí falta análisis. ¿De dónde ha venido este enorme agujero de déficit en países como Gran Bretaña, Italia, Irlanda, Grecia o España?
El déficit puede tener dos orígenes: reducción de ingresos o incremento de los gastos. Si el déficit se dispara, habría que pensar cuál de los dos efectos es el principal impulsor. Y en el caso español, no hay duda: el Estado ha gastado algo más, no tanto por un incremento desmesurado de la inversión, sino por el crecimiento del gasto en subsidios. Dos millones de parados más es un número que cualquiera hubiera creído imposible en 2007. Y ahí el gasto sube. Pero en españa el principal actor del déficit ha sido el desplome de los ingresos. Caída del IVA, del IRPF, del Impuesto de Sociedades, del Impuesto de Transmisiones, de tributos ligados a la construcción... El Estado y las administraciones están secos. Y ante el crecimiento, no desmesurado, del gasto, y ese desplome de los ingresos, ha venido la debacle del Presupuesto.
Pero venía el repunte. Cambiaba el ciclo. Primeros "brotes verdes", primer crecimiento positivo en meses, primera subida trimestral del consumo... Era cuestión de unos meses. El paro podría empezar a remitir un poco, pero lo más importante: con algo de recuperación económica, era de esperar que mejorase notablemente la recaudación. Pero los mercados financieros no esperan, y los ladrillos de finanzas han claudicado. Van a cargarse los brotes verdes y los van a volver morados. En España, la ministra, inocente, rebaja la previsión de crecimiento en un 0,5% del PIB. No es consciente de que ante el desplome que va a provocar en el consumo con la subida del IVA, la bajada del salario a los funcionarios, la congelación de pensiones, y más aún, el aplazamiento de la inversión en infraestructuras en al menos un año, va a hacer que la recuperación de la recaudación no llegue. Es de esperar que baje más, con lo que habrá que hacer nuevos recortes. Y así, hasta que todos estemos con el tonel. No son conscientes de lo que van a hacer. En todos los países van por el mismo camino. En plena crisis, cuando aún no se ha afianzado la recuperación, las políticas más nefastas para que esa recuperación continúe. Y lo peor: si en los próximos meses los datos empeoran, la caída de la confianza va a ser abismal. Cuando las empresas y las familias empezaban a advertir un ligero horizonte más claro, como vean otra vez nubarrones, se encierran en casa y se ponen a comer los tabiques, para no gastar. Y ahí se puede gestar la recesión de la recesión, el déficit multiplicado y el desplome de los ingresos de los estados.
¿Qué debían hacer nuestros ladrillos? No demorar inversiones, confiar en la recuperación y ver que, con ésta, milagrosamente, vendría aparejada, por arte de magia, una mejora al menos de un 2% del déficit, entre la reducción de gasto automático y, sobre todo, la subida de la recaudación. Pero qué se le va a hacer, nos lamentaremos a posteriori de lo errático de las decisiones de los últimos tres años...
Conviene leer el artículo de hoy en El País de Pablo Beramendi y David Rueda, profesores de Ciencia Política en la Universidad de Oxford (o sea, no muy contaminados por la política nacional). Es una exposición clara y creo que atinada. Se llama "El pozo, el perro y las pulgas". Si eres de mi generación y recuerdas al perro Pulgoso, de dibujos animados, me parece que ese perro seremos nosotros, pero sin su risa sardónica. Y nuestros ladrillos, me recuerdan a Pierre No-doy-una o al Coyote: por más que se esfuerzan, no dan una a derechas. Lee el artículo en: http://www.elpais.com/articulo/opinion/pozo/perro/pulgas/elpepuopi/20100520elpepiopi_10/Tes
Un saludo

miércoles, 19 de mayo de 2010

Cómo acabar con el déficit público (y de paso, con lo que se ponga delante...)

En la foto, unos señores muy serios. Sólo se me ocurriría poner a un señor como Cantinflas como más serio todavía, comparado con lo que les ha salido en Holanda. Holanda es un país muy serio, que me lo ha dicho mi amigo Fuego Negro, allí las cosas funcionan, vamos, casi como en España. ¡Vaya camelo! Holanda tiene los mejores humoristas del mundo, señores y señoras. En estos momentos de zozobra económica, que es más contagiosa que la temida gripe A (que al final no fue tan apocalíptica como nos prometían...) ya que la fiebre financiera es otro cantar, van unos políticos holandeses, quizás por propia experiencia, y deciden crear una nueva escuela económica.
Los que estudiamos en alguna Facultad de CC. Económicas sabemos de Escuelas Clásica, Neoclásica, Keynesiana, Marginalista, Monetarista, de Chicago... Mucha escuela. Pero en Holanda han fundado la Escuela del Humor. ¿Cómo se cura la economía? Pues con unas risas...
Unos sesudos políticos holandeses han ideado la piedra filosofal contra el déficit del estado, que allí también cuecen habas. ¿La solución? Si es que no sé cómo no se le ocurrió a Chiquito de la Calzada o al Chikilicuatre... ¡Pues legalizar las drogas! ¡Pipas, palomitas, heroína, cocaína, éxtasis! Pero esta medida no va encaminada a acabar con las mafias, no. Es una medida para incrementar los ingresos del estado. O sea, que si el estado legaliza las drogas duras y controla su mercado, calculan que el incremento de los ingresos para las arcas del estado se cifrará en miles de euros.
Y digo yo: ¿hablan en serio? ¿Se plantean si ese incremento de ingresos no generará, si lo que hay es afán recaudatorio, un aumento de los gastos sociales y sanitarios? No digo yo que no se legalicen para así acabar con las mafias, pero intentando, a ser posible, minimizar su consumo, no maximizar éste buscando ingresos extra.
No sé, o a esta gente se le ha ido un poco la olla, o lo que piden es poder comprar en el kiosco lo que llevaban encima en el momento de decir estas bonitas parrafadas. ¿Y por qué no legalizan a las bandas de delincuentes, y que paguen un 10% de lo robado a Hacienda? Era por dar una idea...
La noticia: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/05/19/internacional/1274293493.html

lunes, 17 de mayo de 2010

¿Se respeta la Constitución? Las medidas de Zapatero y las ideas de Rajoy

Nuestra Carta Magna (somos tan acomplejados que queremos copiar hasta el nombre de Magna Carta, que como Constitución tiene unos siglos más que cualquiera de las nuestras...) cita en su artículo 31, en sus apartados 1 y 2:
"1. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.
2. El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos y su programación y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía.
"
Aquí, lo de justicia, igualdad, progresividad y eficiencia yo creo que se ha olvidado desde hace tiempo. Por varias causas, ahora uno se fija en lo que está pasando en estos momentos. Pero también conviene echar la vista atrás.
Uno de los grandes errores del gobierno Zapatero, que ahora sale a la luz con sangrante saña, es la peregrina idea que tuvo el Presidente, promotor de la idea en contra de su ministro Solbes, de prometer en la campaña electoral la "ayuda" de los 400 euros a los españolitos, pero no a los de menores rentas, no; una ayuda indiscriminada que lo mismo podía llegar a un mileurista que a uno de esos directivos de grandes bancos que tienen pensiones que se miden en decenas de millones de euros. Fue una idea peregrina. Nada más en un lejano mes de julio (lejano en lo extraño que nos suena eso de "regalar" dinero que ahora falta...) sentimos un pequeño incremento en la nómina por el efecto acumulado de varios meses, pero luego, los 30-35 euros que pudiera suponer al mes, a veces se perdía por alguna subida de la retención. Pues hoy leo algo que ya había olvidado: esa medida provocó un coste para el Estado de 5.700 millones de euros en 2009. Casi cuatro veces lo que se va a ahorrar en 2011 congelando las pensiones (ahorro de 1.500 millones) y casi 2,4 veces lo que va a ahorrar con la bajada del salario de los funcionarios en una media del 5%, que para algunos será del 10%.
Y digo yo, ¿por qué no le hacen devolver a toda la gente que cobró ese dinero indebidamente, teniendo rentas mayores que muchos de los funcionarios mileuristas que van a ver su salario reducido o los pensionistas que perderán poder adquisitivo el año que viene? Lo mismo que se les dio 400 euros, se les quita, en cómodos plazos. Fue fácil darlo, y casi nadie lo notó. Sería fácil reclamarlo de nuevo, y nadie lo notaría.
Eso sí, quien más debería devolver esos 400 euros, elevados a la enésima potencia, debería ser el autor de la idea. Se lució...

Pero vamos a otras cosas quizás más importantes. Es hora de racionalizar gasto y todo esto que nos repiten hasta la saciedad el FMI, la UE, Pepito Grillo y el sursuncorda. Pues apliquemos la Constitución. ¿Por qué los pensionistas, como pensionistas, tienen medicamentos gratis? ¿Por qué un mileurista paga más en los medicamentos que un pensionista que cobra 2.000 euros de pensión? ¿Dónde queda la progresividad de nuestro Estado de Derecho? Ahí va una idea: empezar a cobrar un porcentaje de los medicamentos a los pensionistas de rentas altas.

¿Por qué los pensionistas tienen en los ayuntamientos bonobús a precio de risa y un mileurista o un parado no, en general? ¿Por qué no dar esos bonobuses en función de la renta y riqueza y no en función de pensionista/no pensionista? ¿Y por qué hacer un precio especial a estudiantes si esos estudiantes pueden pertenecer a una unidad familiar de rentas altas? ¿Dónde queda el artículo 31?

Más: Zapatero anuncia recorte de sueldo a funcionarios, una media del 5% en 2010, más congelación en 2011, y de los pensionistas sólo dice que se congelará en 2011 y que este año subirá si la inflación es mayor que un 1%. ¿Pero es que no hay funcionarios pobres y pensionistas ricos? ¿No hay funcionarios de 30 años que cobran 1.200 euros, que pagan una hipoteca y tienen niños pequeños, y hay pensionistas sin hijos ni hipotecas a cargo que cobran más de 2.500 euros al mes? ¿Por qué esa clase "Funcionarios" (como si fueran todos iguales) y "Pensionistas" (Idem)? ¿Es lo mismo Emilio Botín que un cajero de una oficina del Santander de Salobreña, y los dos trabajan en la banca? ¿Es lo mismo un dentista que la recepcionista de ese dentista?

Por eso me cabrea lo de Zapatero y lo de Rajoy. Éste ha dicho: las medidas de zapatero, la que no aceptará ni de coña es la de los pensionistas. eso se llama electoralismo. ¿Por qué no congelarle la pensión a un pensionista de pensión máxima y sí bajarle el salario a un funcionario de sueldo irrisorio? ¿Qué diferencia hay entre ellos? Que los pensionistas son intocables: demasiados votos. Y encima, ahora cobran unas pensiones que yo en mi vida veré...