lunes, 28 de junio de 2010

La primera señal de la catástrofe que puede venir


Una de las primeras cosas que nos puede inquietar en el actual panorama de inestabilidad es la suspensión de pagos. A nivel empresarial, ésta se intenta reconducir mediante lo que, hoy en día, se llama legalmente concurso de acreedores. Pero cualquiera se pone a temblar en cuanto a sus consecuencias: trabajadores que pueden quedar en la calle y sin cobrar parte de sus salarios, proveedores con facturas pendientes, empresas auxiliares que dependen de la actividad de la empresa que puede desaparecer...

Pero debería darnos más miedo una suspensión de pagos más dañina: la de las administraciones que nos dirigen. Si una administración suspende pagos, es el comienzo del desastre. El reguero de destrucción económica que deja detrás será mucho más dañino que la desaparición de una empresa.

Pues bien, la primera señal de alarma saltó hace pocos días. Siempre señalamos a los catalanes como una zona de gran riqueza, de mucha actividad económica e industrial, que desde tiempos inmemoriales tuvieron iniciativa, estuvieron en contacto comercial con el Mediterráneo y Europa... Cataluña era y es contribuyente neto a la solidaridad entre regiones. ¿No sería preocupante que Cataluña diera síntomas de no poder afrontar sus pagos?

Pues ese primer síntoma, ese flash que anuncia la tormenta, viene de Cataluña. La Generalitat administra una de las regiones más ricas de España, tiene sus funcionarios, contrata empresas, tiene proveedores... y problemas para afrontar sus pagos. Y lo que es peor: problemas para conseguir que se fíen de ella para prestarle dinero. por ahí empieza una suspensión de pagos empresarial: tengo que afrontar pagos, no tengo liquidez, y además me niegan el crédito.

Pues la Generalitat quería conseguir financiación por 1.000 millones de euros. Fracaso. Acudió a La Caixa para que liderara un crédito sindicado (ya sabemos para qué sirven las cajas, ese juguete que en manos de los políticos se convierte en un paquete-bomba) y nuevo fracaso. Sólo consiguieron 350 millones, muy lejos de lo que pedían (ver la noticia en el siguiente enlace: http://www.factual.es/noticia/la-generalitat-de-cataluna-pide-1000-millones-a-la-banca-y-solo-recaba-350/?noticia=1113 (la noticia en El Mundo sólo está accesible para abonados a Orbyt).

¿Alguien se imagina los próximos movimientos si Extremadura, Andalucía, Galicia o Madrid piden dinero y se encuentran con el mismo problema? ¿Corralazo en vez de corralito? ¿Saqueo público de las cajas para conseguir dinero? Y encima, en los próximos 24 meses, elecciones municipales, autonómicas y generales. Esto sólo lo arregla Chiquito de la Calzada, de absurda que se pone la situación.

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