jueves, 28 de mayo de 2009

Plan E, dádivas, cortoplacismo. ¿Apostando por el futuro?



El gobierno español comenzó, antes del inicio de este proceso de recesión, que se llegó a definir como de "desaceleración acelerada" (toma ya oxímoron), la puesta en marcha de diversas políticas expansivas (o eso creían ellos), que fueron ampliadas en el famoso Plan E y que se complementaron en el "Debate sobre el estado de la nación" en el Congreso.
Voy a hablar de varias de estas iniciativas, de su falta de tino, de cuáles podrían ser otras alternativas, y de lo que se ha anunciado como posibles nuevas medidas.
Ya dije en una anterior entrada que las decisiones sobre los 400 euros o el cheque bebé de 2.500 euros, tomadas de forma indiscriminada, son contraproducentes. Darle, por ejemplo, 2.500 euros a Rafa Nadal si es padre, no es que vaya a servir para impulsar la economía española... O "regalarle" 400 euros a Francisco González, patrón del BBVA, es como si a mí me dicen que me rebajan un céntimo si me animo a comprar ya mismo un piso de 600.000 euros, ¡qué ganga! Y lo malo es que aquí se van 6.000 millones de euros, con la falta que hay de esos fondos para acciones perentorias en un momento como el actual. La falta de tino de estas dos iniciativas reside en la distinta propensión marginal al consumo que tiene la población. Las rentas altas tienen una propensión "tirando a cero", es decir, si ganan un euro más, no lo gastan (ya ganan bastante y no gastan todo lo que ganan). Sin embargo, las rentas bajas gastan todo lo que les llega. Tienen una propensión marginal al consumo del 100%. Un euro más ganado es un euro más gastado. Por eso, sería más útil, yendo al extremo, dar una ayuda por nacimiento de 5.000 euros a Matilde Pérez, por poner un ejemplo, madre soltera con sueldo de 700 euros al mes, y rebajarle 800 euros de impuestos, y suprimirle esas ayudas a Futbolista Rico Fernández, que acaba de ser papá, y que cobra un sueldo de 7 cifras al año.
El Plan E pretendía ser aún más ambicioso. Pero dentro de este Plan, con ciertos aciertos, se mezclan errores de bulto.
Lo primero que debería buscar un plan de este tipo es que sirva para el futuro, que no ayude durante un mes, dos meses, 6 meses, y que luego los 8.000 millones se queden en nada. Deberían servir esas ingentes masas de dinero para conformar una apuesta por la innovación, por la menor dependencia energética, por la búsqueda de solución a males endémicos.
Un ejemplo claro de lo que pasa lo encontré en una noticia local hace unos días. En un pueblo de la provincia de León habían usado ya la ayuda del Plan E. 30.000 euros, no era gran cosa. Pero en calderillas se acaban yendo fortunas. La ayuda la habían dedicado a poner un parquecito infantil de ésos que crecen como setas en las ciudades: los mismos toboganes con casitas, los mismos juegos... y el acondicionamiento del lugar. Total, las obras habían durado 1 mes, con contratación de una empresa que ocupó a dos trabajadores de plantilla (no generó nueva contratación) y a otros dos trabajadores (contrato por obra, 1 mes trabajando, y luego al paro).
¿Qué se ha conseguido con esa ayuda de 30.000 euros? Como dinamizador de la economía, bien pobre: sacar del paro durante un mes a dos trabajadores. El parquecito está bien, pero auguro que en cuatro años, como los demás, empezará a mostrar señales de abandono. Porque hacer cosas requiere luego mantenerlas, arreglarlas... y para eso no hay dinero, que no hay inauguración y por tanto rédito político.
Además, a la administración le acaba saliendo caro lo barato. Se contratan obras a empresas que subcontratan, que pagan mal a los trabajadores... y al final, de los 30.000 euros, realmente son productivos menos de la mitad. Un ejemplo lo veo claro en la externalización de servicios de las administraciones: si tienen un trabajador de limpieza de personal laboral, ese trabajador no es ni mileurista. Pero si se contrata a una empresa para que haga el servicio de limpieza, la empresa puede recibir unos 1.800 euros a mes o más, y el trabajador de la empresa puede ganar menos de 800 euros al mes.
Yo creo que esos 8.000 euros deberían haberse gastado mejor. Es como si a alguien poco reflexivo, que anda viviendo pobremente, le decimos: "toma, 2.000 euros, para gastar". Y va y se pega un cenorrio en un tres estrellas Michelin, se va de vacaciones al Caribe y vuelve bronceado pero con más deudas que antes. Al menos, si le obligamos a gastarlo en un máster de formación, quizás eso le ayude a mejorar sus expectativas de futuro...
Ejemplos de en qué invertir el dinero se me ocurren varios:
- Somos un país con serios problemas de agua y desertificación. Un año como éste en que ha llovido más se nos olvida. Pero en 20 años tendremos serios problemas. Y lo malo es que en la agricultura se va un 70% de ese agua, y sólo el 5% a uso en el hogar. Un primer destino podría ser modernizar toda la red de canalización de aguas (obsoleta, con fugas múltiples, con canalización al aire libre...) y apostar por técnicas más eficientes de riego, como el riego por goteo, en los cultivos que lo permitan. Un agricultor difícilmente apostará por ello, ya que una inversión en tiempos de crisis es muy difícil, y más con la banca cerrando el grifo de los créditos. Pero si es el estado quien ayuda a realizar esas inversiones, quizás sería más fácil.
- También tenemos un grave problema de envejecimiento de población. Miremos a un país cercano, Francia. Allí no tienen el mismo problema, porque hay políticas que fomentan la natalidad. Aquí se penaliza. ¿Qué mujer se atreve a ser madre en plena crisis, con miedo a perder su trabajo? Un paseo por una ciudad gala nos muestra a parejas jóvenes con 3 y 4 hijos con facilidad, y no es por influencia de religiones más o menos integristas. Simplemente, allí les ponen más fácil ser padres.
- Somos un país muy dependiente energéticamente hablando. También se nos olvida el lejano verano, con el petróleo superando 140 dólares por barril y augurando el final de la era del petróleo. Pero ese final llegará, y España se enfrenta a un estrangulamiento energético grave. Hay que empezar a sembrar para el futuro (bien cercano): todas las viviendas deberían ir siendo autosuficientes, energéticamente hablando. Paneles solares, aprovechamiento de la energía de las olas, energía eólica marina, geotermia... (¿sabías que, con un terreno mediano, si se hacen dos "chimeneas" subterráneas se puede calentar una casa? El aire se calienta solo, sin necesidad de aplicarle energía. Conozco un profesor francés que lo hace. Como él tiene poco terreno, ha hecho dos "agujeros" de 60 metros de profundidad; un solo tubo debe tener 120. Pero no vive en una zona con suelos especiales, ni con acción volcánica: vive cerca de Poitiers. Eso son soluciones simples pero eficaces). Hay que llegar ya al futuro, y ese futuro será sin petróleo o con éste a un precio prohibitivo. Las energías que no eran eficientes con el petróleo a 10 o 40 dólares por barril, si lo serán, comparativamente, con el petróleo a 100 dólares.
- Somos un país que se está despoblando en el ámbito rural: malas comunicaciones, falta de servicios... Quizás la gente joven no se marcharía de las poblaciones pequeñas si allí hubiese colegios, centros de salud, buenas infraestructuras...
Y dejo para el final la boutade de los ordenadores portátiles para los alumnos de 5º de primaria. Ordenadores "para ellos, para que se los lleven a casa". ¿Cuánto durarán esos ordenadores? ¿Quién los usará en casa? ¿Para qué se van a usar? Y mientras, las aulas sin pizarras digitales y aulas de ordenadores con dos alumnos por ordenador. Yo hice las cuentas el otro día, de una forma sencilla. Se acusa a los profesores de usar poco los ordenadores, y se habla de ratios de 5 alumnos por ordenador. Quienes hablan, poco saben de lo que pasa en las aulas. Un centro de Secundaria de tamaño medio tiene unos 20 grupos. No he conocido ninguno de ese tipo con más de 2 salas de ordenadores. A la semana hay 30 horas de clase, es decir, con 20 grupos, entre todos tienen 600 horas (en realidad hay más, pues en las horas de optativas los grupos se desdoblan). Las aulas de ordenadores, a tope toda la semana, dan para 60 horas de uso. Por tanto, simple es la cuenta: cada grupo, con 30 horas de clase, podría ir al aula de ordenadores un máximo de 3 horas a la semana, a repartir entre todas las materias (una media de 9). O sea que a cada materia le tocaría una media de 1 hora cada tres semanas para ir a usar el ordenador. Esa es la realidad.
Y luego está la ratio profesor/alumno. En un centro con 600 alumnos y 60 profesores, en teoría a cada profesor le tocan 10 alumnos. Falso. Tendrá 25 alumnos en un grupo, 28 en otro... Yo tengo 120 este año. ¿Educación individualizada? ¿Corregir 120 cuadernos, trabajos, exámenes cada poco? ¿Estar al tanto de los problemas de aprendizaje de 120 alumnos? Y encima, tras múltiples cursos de Powerpoint, Pizarra digital interactiva y la repera, resulta que en mi centro, para unos 800 alumnos, hay ¡una! pizarra digital. ¿Será para enseñarla el día internacional de las NN.TT.? Si es que los gobernantes no se enteran...
Ese dinero que se va a gastar en ordenadores para los alumnos, debería ser para dotar a los centros. Lo mismo que no regalamos dinero a los bancos, sino que se lo prestamos... ¿o no?

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